El héroe de Nueva Zelanda, Abdul Aziz evitó una masacre mucho peor

Cuatro al día 17/03/2019 10:27

Latef Alabi, el imán de la mezquita de Linwood, cuenta que escuchó voces fuera del templo y detuvo la oración para asomarse por la ventana. Vio al atacante armado, vestido de negro, pensó que era un policía pero acto seguido escuchó los tiros, sus gritos con amenazas de muerte y dos cuerpos tendidos en el suelo.

Ordenó a los casi 80 asistentes que se tiraran al suelo pero uno de ellos, Abdul Aziz, de 48 años, cogió una máquina de cobros con tarjeta, salió corriendo hacia el asesino y le gritó "¡ven aquí!". Se refugió entre los coches mientras Brenton volvía a su coche para coger más armas y continuar con los tiros. Aziz cogió un arma que encontró en el suelo pero ya no tenía balas, por lo que decidió tirar la máquina que había cogido como si fuese una flecha y rompió una ventana.

"si hubiese podido entrar a la mezquita, todos estaríamos muertos"

Así, consiguió asustarlo, el asesino, regresó a su coche y comenzó su huida hasta que minutos más tarde fue interceptado por la policía. El imán ha asegurado que la cifra de muertes habría sido mucho mayor sin la intervención de Aziz, "si hubiese podido entrar a la mezquita, todos estaríamos muertos".

El nuevo héroe de la masacre, estaba con sus dos hijos de 11 y 5 años en la mezquita. Aziz salió de Afganistán como refugiado cuando era niño y vivió más de 26 años en Australia antes de mudarse a Nueva Zelanda. Con respecto a su acción dice que no sabía lo que hacía pero piensa que cualquier persona lo hubiera hecho en su lugar y que "para Alá, no era la hora de mi muerte".

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