Un profesional equipo de operarios expertos en trabajar en altura había sido contratado para cambiar una gigantesca ventana en un rascacielos ruso. El equipo parecía trabajar en perfecta coordinación y todo quedaba inmortalizado en las cámaras de vídeo colocadas estratégicamente en cada ángulo. Pero justo cuando la operación estaba a punto de acabar, el cable que sujeta la lámina de cristal se rompe, y los 380 kg de vidrio templado se desploman al vacío desde una altura de 47 pisos. El vídeo lo ha colgado la propia empresa de trabajo en altura, que explica que no hicieron nada mal, que siguieron todos los pasos y protocolos. Afortunadamente, todo quedó en un susto y nadie resultó herido.