Los expertos alertan: la mujer en mayor riesgo es la que retira la denuncia

cuatro.com 27/09/2018 16:53

Cuando una mujer da el paso para denunciar, aunque luego se eche atrás ya está dando muestras de que corre un peligro. “Uno de los más certeros marcadores de que se está en peligro es la valoración subjetiva de la mujer que esa mujer cree que puede sufrir daño”, destaca Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga forense especialista en violencia de género. La realidad es que en muchas ocasiones ese dato es el significativo.

Si la mujer realmente cree que le pueden hacer daño. A veces no hay violencia previa y luego se da paso al homicidio, señala Salegui. Una actuación que explica los casos ocurridos en las últimas fechas, cuando se pueden encontrar mujeres que son asesinadas y viven a escasos 100 metros de su víctima.

En el camino a retirar una denuncia influyen muchos factores. La dependencia económica y emocional es elevada, así como en ocasiones dar otra oportunidad a la pareja. Pero, el hecho de retirar las denuncias no debería ser una condena para las mujeres que dan ese paso, según los expertos consultados. “Si sabemos que se ha retirado la denuncia hay que vigilar el caso, muchas veces vuelven a convivir con el agresor y entonces su situación es más delicada y peligrosa porque este ya sabe que ha sido denunciado.

Las mujeres son a veces la única prueba del delito. Pilar Nájera, fiscal de sala de violencia de género, confiesa que “dado que son delitos que se cometen en la intimidad, si la víctima no declara ahora todo lo anterior no vale nada de lo que se ha hecho anteriormente”. Por eso, conviviendo día a día con el problema, cree que una de las soluciones es que “se tengan en cuenta las declaraciones prestadas previamente”.

Un día negro en la historia de la violencia de género

Este pasado 25 de septiembre de 2018 será recordado como un día negro en la violencia machista: dos niñas y dos mujeres, en Maracena y Bilbao fueron asesinadas en la misma jornada. Las hermanas, de tres y seis años, tuvieron a su padre como su verdugo, un hombre que había sido denunciado por la madre de estas pero que no había sido condenado. Y es que, tras no interponerle una orden de alejamiento, la mujer desistió, no quiso seguir adelante con el proceso y solicitó el sobreseimiento de la causa. La retirada de la denuncia sentenció a la mujer.

Durante los tres primeros meses de 2018, según datos publicados por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, se presentaron 39.586 denuncias en los juzgados de violencia de género. De ese total, un 10,7%, o lo que es lo mismo, 4.231, fueron retiradas. Susana Martínez Novo, abogada y presidenta de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres, explica que los motivos por los que las víctimas desisten de continuar contra el proceso judicial son "múltiples y dependen de la etapa del proceso en el que se encuentren".

"Unos motivos pueden ser más personales, ya que puede haber una dependencia económica por parte del agresor", explica Martínez Novo, haciendo referencia a la posibilidad de que se deje de pagar la pensión económica a los niños, amenazando con dejar a la víctima sin un sitio para dormir; en definitiva, ejerciendo un control y un acoso económico sobre la víctima.

Pero no son los únicos, existen más motivos que hacen cambiar de opinión a las denunciantes. Estos están relacionados con el miedo de la víctima o con la posibilidad de faltas de pruebas. "El tema de las faltas de pruebas puede ser importante porque se han podido denunciar unas amenazas realizadas en la intimidad, y ante la falta de testigos se tiene más miedo de que no salga adelante".

Aun así, Martínez Novo indica que se ha mejorada mucho en referencia a la falta de seguridad que tienen hoy en día la víctima: "Los casos de los que desgraciadamente son noticias porque saltan a los medios son la punta del iceberg". Eso sí, desde su punto de vista "sigue faltando formación suficiente en los operadores jurídicos como jueces, fiscales, abogados. Habría que insistir en la formación y también insistir en lo que puede ser medidas de seguridad como las telemáticas".

De esta forma, la prevención puede ser fundamental para aportar seguridad a la posible víctima, y así impedir que el miedo lleve a la renuncia de la denuncia. "En caso de duda hay que prevenir, y prevenir puede significar que si existe duda se pongan unas medidas que la propia víctima puede solicitar. Un ejemplo sería un dispositivo electrónico que poder activar si tiene un problema o se acerca un agresor para ponerse en contacto con la policía".

Pero a pesar de asegurar que se ha mejorado en los últimos años, Martínez Novo detalla un punto posible de mejorar: "Hay que mejorar los sistemas de valoración de riesgo. En este tipo de casos en los que hay una denuncia, se retira y luego se vuelve a poner otra posterior por amenazas, algo falla si se valora como riesgo bajo. Es necesario que se den recursos para mejorar las valoraciones forenses en los propios juzgados, se tiene que hacer un estudio mucho más rigurosos a través de un informe con un equipo especializado con forenses, con trabajadores sociales, con psicólogos...".

¿Cómo se valora el riesgo que corre una mujer víctima de violencia de género?

En comisaría, con el sistema VioGen, un protocolo informático. Preguntas que categorizan a la víctima en riesgo bajo, medio o alto. Con ello, los jueces pueden dictar medidas de protección para la mujer, pero a veces no es suficiente. Pero no todas las comunidades autónomas las tienen. En Madrid, por ejemplo, estas valoraciones las hace una comisión psicosocial no específica. Pero sí son equipos especializados en violencia de género en Andalucía, Galicia, País Vasco, Extremadura o Asturias, que las ha creado este pasado verano. Pero aun así, sus informes no suelen llegar a tiempo.

Por todo ello, la abogada y presidenta de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres considera fundamental que la víctima se fortaleza y "recupere su personalidad y autoestima. Es importante proporcionarle todas las herramientas que necesita para poder llegar a ello". Terapias, acompañamiento psicológico por parte de un especialista en momentos claves en los que la víctima pueda verse sola o sentir abatimiento pueden ser claves en estos casos. Además, sin olvidar que "está bien que se les ayude a recuperar sus lazos sociales con personas de su entorno”. Erradicar el miedo es la clave.