¿Quieres un cuerpo saludable? Come todo lo que quieras pero hazlo en diez horas

Noticias Cuatro 06/09/2018 09:49

Según el estudio publicado en 'Science Daily', desarrollado por científicos del Instituto Salk de California, restringir el acceso diario a los alimentos a un intervalo de 10 horas permite resolver muchos problemas de salud que padecemos.

La explicación parece sencilla: los genes encargados de la digestión son más activos al principio del día, mientras que los que son responsables de la reparación celular se activan por la noche.

"Para muchos el día comienza con una taza de café a primera hora de la mañana y termina con un refrigerio a la hora de acostarse, cuando han pasado 14 ó 15 horas. Restringir la ingesta de alimentos a un espacio de 10 horas y ayunar el resto del día puede conllevar una mejora de salud, independientemente de nuestro reloj biológico", afirma Satchidananda Panda, autora principal del estudio y profesora del Laboratorio de Biología Reguladora de Salk, según recoge RT.

Así se desarrolló el estudio

Para obtener estas conclusiones, los científicos estudiaron dos grupos de ratones. Uno tenía acceso a comida durante todo el día, mientras que otro disponía de la misma cantidad de calorías, aunque solo durante diez horas. Así, se pudo comprobar que aquellos que disponían de todo el tiempo para comer se volvieron obesos y desarrollaron, incluso, enfermedades metabólicas, mientras que los otros roedores con delimitación de tiempo para comer gozaban de mejor estado de salud, pese a carecer de un reloj biológico interno.

La conclusión: planificar la ingesta de alimentos en diez horas mejora tu salud

El resultado del experimento concluye que la función de los ritmos circadianos sería la de ayudar al animal a planificar la ingesta de alimentos. Esto permite al cuerpo mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a la digestión y el tiempo necesario para mantener las funciones metabólicas. El descontrol de los biorritmos debido, entre otras cosas, a cambios de trabajo, zonas horarias o defectos genéticos conduciría, por tanto, a la aparición de enfermedades.

Además, con la edad, el trabajo de nuestro reloj biológico comienza a debilitarse, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y demencia.