"Creo que es importante compartir mi historia e inspirar a otros. Estoy muy agradecido de haber recibido un trasplante de cara, que me ha dado una segunda oportunidad en la vida", destaca Cameron Underwood, un joven de California de 26 años.
La historia de Underwood es la de un trasplante de éxito. Una operación que llegó después de otros intentos y que fue consecuencia de un tiro en la cara que él mismo se dio en un intento de quitarse la vida.
Underwood no murió, pero el disparo le destrozó el rostro. De hecho, el estado del joven le impedía llevar una vida normal. "A pesar de varios intentos de reconstrucción convencional, a Underwood le faltaba la mayoría de su mandíbula inferior. todos menos un diente, y su nariz, además de sufrir daños en su región maxilar (parte superior de la cara) y paladar", especifican desde NYU Langone Health en un comunicado.
Un equipo quirúrgido de 100 personas de la Universidad de Nueva York lideradas por el doctor Eduardo D. Rodríguez, llevó su caso en enero de 2018, un año y medio después de producirse la desfiguración del rostro.
Tras encontrar a un donante compatible, William Fisher, residente de Manhattan de 23 años, tuvieron que "injertar todos los componentes medios e inferiores del cráneo y la cara del donante. Esto incluyó el trasplante y la reconstrucción de: huesos maxilares (mandíbula superior) y mandibulares (mandíbula inferior), incluidos los 32 dientes y las encías, paladar (techo de la boca) y piso de la boca, excluyendo la lengua, aunque la lengua de Underwood requirió alguna reconstrucción); párpados inferiores y mejillas; los párpados superiores de Underwood fueron preservados; nariz y cortes del pasaje nasal".
Gracias a ello y después de meses de recuperación, Underwood señala: "Tengo la nariz y la boca de nuevo, así que soy capaz de sonreír, hablar y comer alimentos sólidos".
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