Este encuentro con lo insólito que sufrió Miguel Maíz y su mujer Alejandra Martín aún perdura en su recuerdo. Un año después son capaces de describir con todo lujo de detalles cómo fue el descubrir, a un lado de la carretera de Burgos, cerca de El Molar, a un extraño peregrino. La misma historia que hace tan solo unas semanas nos contaban algunos testigos de la carretera de Puente de la Reina con Jaca, se puede oír también en la sierra de Madrid.
Los testigos hicieron un esbozo de lo que vieron: un caminante alto, un hombre con unos ropajes neutros, como un sayo o una capa y un gran sombrero que señalaba un punto en el camino. Era un día lluvioso en el que la visión de este individuo no encajaba en absoluto con el ambiente.
Al principio pensaron que sería un anciado que se habría perdido: pero, tal como se presentó, la imagen se esfumó. La pareja venía de hacer la compra y no consiguieron entender qué acababan de presenciar, con lo que incluso salieron del coche en mitad de la lluvia para buscar a la persona que, para ellos, parecía perdida o desorientada. "Queríamos socorrerle y allí no había nadie", cuenta Alejandra.
'Cuarto Milenio' acude al exacto lugar de los hechos, muy cerca de una higuera que en el pueblo llaman "árbol del ahorcado" con la sensitiva Paloma Navarrete para dilucidar la extraña historia que acarrea esta visión. "El lugar es curiosísimo, donde el campo está alteradísimo y la energía era diferente", asegura la sensitiva. Consigue contactar con el ser que aparece en la vía y, asegura, está huyendo de algo. Se llama Lorenzo y murió en 1930, pero no consigue saber mucho más. El ente le dice a Paloma que no se "piensa ir".
En mitad de la conversación, Paloma observa a varias personas detrás del caminante. Es algo que, al parecer, también ve Alejandra, que era absolutamente escéptica, y asumir que lo que ha presenciado puede ser real la lleva al borde de las lágrimas.
Además, vuelve a ver el programa completo con los mejores momentos del programa en esta videogalería.