En las olimpiadas de Seúl de 1988 el mundo se quedó sobrecogido con la potencia de unos hombres y mujeres que parecían máquinas. Se habló de auténticos 'robots atletas'. Es lo que perseguía República Democrática Alemana. Emplearon a los seres humanos como objetos y acaba convirtiéndose en la pesadilla de buscar la raza perfecta.