'Cuarto milenio' resuelve el misterio de unas perturbadoras psicofonías gracias a la colaboración ciudadana: "Las voces hablan en árabe"

Hace unas cuantas semanas ‘Cuarto milenio’ realizó un reportaje en el que obtuvo la que sin duda es la mejor de las psicofonías logradas por el equipo en estos 16 años de programa. Clara Tahoces y Luis Uriarte viajaban hasta el museo morisco de Sayalonga, en Málaga, para descubrir que se escondía tras las decenas de testimonios de visitantes que aseguran que en el edificio ocurren sucesos paranormales.

Con la información de todos esos relatos de visitantes, Clara y Luis llevaron a cabo en el museo el aislamiento de José Manuel Frías, autor de ‘Málaga misteriosa’, y fue en esa noche en la que se captaron las perturbadoras grabaciones.

El mismísimo Iker Jiménez sintió escalofríos con los audios en los que “hablaban niños en un idioma extranjero”. Ahora, ‘Cuarto milenio’ ha podido identificar el lenguaje empleado por esas misteriosas voces gracias a la colaboración ciudadana. Así lo explica Clara Tahoces:

“Nada más terminar la emisión del programa en el que se emitieron esas grabaciones muchísimas personas se pusieron en contacto conmigo, me decían que eso sonaba a árabe”.

La Escuela Oficial de Idiomas de la Axarquía, en Málaga, también se puso en contacto con Clara para contarle que sus profesores estaban haciendo un análisis exhaustivo de las grabaciones obtenidas en el museo morisco. Tras varias escuchas, habían llegado a la conclusión de que “por la entonación y el ritmo de las palabras se trataba de un lenguaje coloquial que se habla en los países del norte de África”.

“Siempre, abajo, en el día, el juego, gracias a Dios”. Estas son las cinco expresiones que los profesores han logrado entender en las palabras de esas voces infantiles captadas en el museo morisco, un museo levantado sobre un antiguo cementerio árabe. Escalofriante.

Pero estas grabaciones no son únicas. Son muchas las investigaciones de Clara Tahoces y su equipo en lugares especiales, en edificios en los que otrora sucedieron muertes y crímenes y que se convirtieron en lugar de apariciones y otros sucesos paranormales.

Es el caso del museo Ocaña en Cantillana, Sevilla, un museo dedicado al transgresor pintor José Pérez Ocaña y en el que los visitantes nuevamente aseguran suceden fenómenos inexplicables. Son varias las personas que hablan del espectro de una monja, de olor a madera antigua de iglesia, de procesiones… Y es que en el edificio que ahora se dedica a exponer las obras de Ocaña, antiguamente estuvo situada una capilla y un convento, un lugar en el que las monjas acogían a personas enfermas que en muchas ocasiones morían entre sus paredes.