Iker Jiménez recuerda algunas de sus primeras investigaciones como periodista, recorriendo muchos de los pueblos de Castilla. Define esta tierra como algo entre lo desolador (por la despoblación de alguna zonas concretas) y lo místico: “Paraba el coche y me asombraba el paraje, ¿les ha pasado a ustedes o es que yo estoy muy loco?”
Al conductor de ‘La nave del misterio’ le impresionó el silencio que se encontraba en algunas carreteras, el mejor aliado para llevar a cabo sus investigaciones: “Esos pueblos de la España vaciada a veces tienen aspecto de paraje lunar, tiene uno la impresión de encontrarse en otra planeta, y lo digo para bien. Es un misterio en sí mismo”.
“¿Y por qué me impresionaban a mí esos parajes? Pues uno descubre después que místicos, durante mil años, se iban ahí a morir porque pensaban que allí se conectaba con la divinidad. Eso he pensado siempre yo, que algo de divinidad anda cerca. Me ha pasado de todo en las carreteras de Castilla, no se lo iban a creer”, añade Iker.
“Somos hijos del paraje, me abrazo a toda la gente castellana (…). El germen de este país nace en Castilla”, son algunas de las interesantes reflexiones que lleva a cabo Iker Jiménez en ‘El cierre’, esta sección clásica que cierra cada programa de ‘Cuarto Milenio’.