“Josué es uno de los últimos regalos que Dios me ha dado”. Con esta frase comenzaba el padre Ángel a contar la historia del pequeño salvadoreño al que tiene en acogida. El padre encontró a Josué en una casa derruida de El Salvador, quemado prácticamente por completo y convertido “en un vegetal”. El padre se armó de coraje y trajo a Josué a España donde fue curado y criado feliz. “Cuando Josué estaba tan enfermo y con tantas operaciones por delante reté a Dios, tenía que salvarle como fuese”.

