Callejeros Viajeros: Transilvania

cuatro.com 24/11/2009 15:30

En 1897 el escritor irlandés Bram Stoker tomó prestada la figura de Vlad Tepes, "el Empalador", un héroe rumano tan valiente como despiadado que durante el s. XV defendió la cristiandad frente al Imperio Otomano, y lo convirtió en un vampiro "chupasangre".

Rodeada por los montes Cárpatos, Transilvania es el corazón de Rumanía. Con 7 millones y medio de habitantes y 57.000 kilómetros cuadrados es un escaparate de bosques, castillos, historia, catedrales, cruces y leyendas. La mayoría de la población es creyente y acude regularmente a la iglesia. Una de las pocas cosas que tienen en común, tanto ricos (un 1% de la sociedad) como pobres.

La superstición, el negocio del turismo y la tradición envuelven al pequeño pueblo de Bran (unos 5000 habitantes) igual que la niebla cubre las torres del castillo en el que, muchos dicen, cumplió condena Vlad Tepes. Mientras los turistas pagan 2,50 euros por visitar el castillo de Bran, los historiadores afirman que no fue en las salas de este castillo en las que "el Empalador" estuvo preso sino en las mazmorras del Castillo Corvin. Situado en Hunedoara, es el castillo del "Señor de Los Cuervos" y un lugar perfecto para regresar al Medievo de la mano de doncellas y caballeros.

Transilvania significa "más allá de los bosques" donde vive el 60% de los osos pardos de Europa. En Brasov, al caer la noche, estos animales salvajes bajan a la ciudad en busca de comida. Tirar la basura al contenedor se convierte para muchos vecinos del barrio de Racadau en una actividad de riesgo.

Durante más de 20 años, el régimen comunista de Ceaucescu gobernó Rumanía. Una "época dura", según los habitantes, en la que una de las pocas alegrías que recibían los rumanos eran las victorias deportivas de su equipo de gimnasia. Hoy, en Deva, dentro del Centro de alto rendimiento "La Cetate", el más importante del país, cientos de niñas estudian, viven y entrenan a puerta cerrada, una media de 7 horas al día, cada día, para seguir los pasos de una de las mejores gimnastas del mundo: Nadia Comaneci.

Rumanos y gitanos no se mezclan pero se respetan. Los gitanos rumanos son tan sólo el 3% de la población pero sus costumbres y estilos de vida no pasan desapercibidos. Unos construyen mansiones llenas de filigranas de oro y plata, palacios de 2.500 metros... Otros, llegan cada verano desde las tierras del sur de Moldavia para hacer dinero. Son los gitanos nómadas: hombres, mujeres y niños viven durante 6 meses en asentamientos temporales sin ningún tipo de infraestructura o saneamiento.

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