Análisis de Ghost of Tsushima: seguimos el camino del fantasma

  • Sucker Punch lanza la última gran superproducción de Sony para PS4

  • Un sandbox increíblemente bien ambientado en el Japón feudal

Ghost of Tsushima era, tal vez, el juego más esperado este año por los usuarios de PlayStation 4, con permiso de The Last of Us Parte II, claro está. El sandbox de Sucker Punch, los creadores de la saga Infamous, llamó la atención de todos en el E3 de 2017 y desde entonces ha ido acrecentando las expectativas entre los fans. El juego ya ha llegado y lo ha hecho con una colección de buenas críticas en general en todo el mundo, consiguiendo además la máxima puntuación de la prestigiosa revista nipona Famitsu. Todo un logro que han conseguido muy pocos juegos en la historia de la publicación y más tratándose de un título de ambientación japonesa creado por un estudio occidental.

Como ya sabréis, nos encontramos ante un ambiciosa sandbox que muchos han comparado, de manera muy acertada, como un ‘Assassin’s Creed no oficial’ ambientado en el Japón feudal. Salvando las distancias y dejando claro que nada tiene esto que ver con Ubisoft y con la famosa saga de asesinos, no va muy desencaminada la comparación. Al final, encarnamos a un guerrero solitario, que tendrá que enfrentarse a un ejército invasor para salvar a su pueblo. Y para ello tendrá que aprender un par de trucos para convertirse en un asesino silencioso.

La historia de Jin Sakai

Ghost of Tsushima está ambientado en hechos históricos reales, el intento de invasión de las islas de Japón por los ejércitos mongoles, liderados por Kublai Khan, entre los años 1274 y 1281. El inicio de esa invasión comenzó en la Isla de Tsushima, una de las más cercanas a las costas de Corea. Allí, el ejército Mongol llegó con más de 300 barcos y un ejército de 15.000 hombres y desembarcó en la playa de Komoda ante la única resistencia de 80 samuráis que les presentaron batalla. La masacre fue legendaria y los mongoles ocuparon la isla.

Nuestro protagonista es Jin Sakai, un joven samurái que caerá en la playa de Komoda nada más comenzar el juego, pero que sobrevivirá y comenzará a recorrer un largo y tortuoso camino para intentar volver a unir a la población y liderar la lucha para expulsar a los mongoles de Tsushima. Para ello tendrá que enfrentarse a sí mismo y librar una batalla moral entre el código de honor de los samuráis, al que se comprometió desde niño, y un nuevo camino menos virtuoso, pero más efectivo para el tiempo que le ha tocado vivir: el camino del fantasma. Cuando uno se enfrenta a uno o un par de soldados puede hacerlo de frente, pero si lo que intentas es liberar un campamento fortificado con un ejército de varias decenas de guerreros, suele ser más eficaz el sigilo y el asesinato silencioso. Pero de esto, hablaremos más delante.

Lo que sí que tenemos que destacar es que la historia personal de Sakai, la historia de su familia, la pérdida de su padre cuando era joven, el aprendizaje y el entrenamiento junto a su tío, etc. es uno de los pilares del juego y se va intercalando a medida que avanzamos. Pero además de la suya, conoceremos muchas otras historias de los habitantes de Tsushima, junto con muchas leyendas y demás. El trabajo de documentación y la ambientación histórica de los chicos de Suker Punch ha sido envidiable.

Un sandbox extremadamente hermoso

Una vez que jugamos el prólogo del juego, donde conoceremos el inicio de la historia y que nos llevará a enfrentarnos al mismísimo Khan en un intento desesperado de liberar a nuestro tío y, claro está, caer derrotados, el sandbox se abre por completo. El juego nos deja en medio del mapa y nos da absoluta libertad para movernos por donde queramos y comenzar a explorar la isla. Claro está, lo mejor es ir haciendo caso a las indicaciones que el juego nos sugiere y comenzar a interactuar con las ubicaciones cercanas, que serán más asequibles y comenzarán a hacernos crecer en el juego.

Lo que sí podemos decir ya, sin miedo a exagerar, es que estamos ante posiblemente el juego de mundo abierto más bonito que hemos jugado nunca. La ambientación de los parajes naturales de la isla de Tsushima es sobrecogedora y nos deja estampas propias de una postal en cada recodo. El juego cuenta con un modo foto fabuloso que permite que escojamos el enfoque ideal, movamos la cámara, pongamos filtros y añadamos un sinfín de retoques. Pero es que casi resulta innecesario, porque cada escena parece sacada de un óleo, cada fotograma es un homenaje a la naturaleza y los paisajes del país asiático. Los enormes campos de hierva, las flores que cubren las praderas, los bosques de castaños en flor, los enormes acantilados, los templos taoístas encaramados en las cumbres… Solo necesitas pasar 5 minutos en el juego para quedarte embobado por cada escenario.

Pero esos escenarios increíblemente detallados sirven de marco de fondo de cruentas y sangrientas batallas y duelos épicos, lo que le da a todo el conjunto una apariencia legendaria. Y es precisamente lo que le pedimos a un juego, que nos trasmita emociones de este tipo, como si estuviéramos viviendo dentro de una película de samuráis. En este caso, Ghost of Tsushima cumple a la perfección, y lo hace no solo por su jugabilidad y lo satisfactorio de sus combates, sino por el marco incomparable en el que estos se desarrollan. La isla es un paraíso que parece real y que te invita a recorrerla hasta su último palmo para descubrir sus secretos.

Y para ello tendremos a nuestro fiel caballo. Será nuestro medio de transporte principal en el juego y será imprescindible para recorrer los más de 28 kilómetros cuadrados que tiene la isla. Este tamaño del mapa se ha calculado teniendo en cuenta las medidas de distancia que te ofrece el propio juego, que calcula los kilómetros que te quedan para llegar a un objetivo que hayas marcado en el mapa. Estos 28,62 kilómetros cuadrados son muy similares a la superficie real que tiene la Isla de Tsushima, por lo que el realismo de Suker Punch ha sido de lo más riguroso en este aspecto. El manejo y la necesidad constante de nuestra montura recuerda mucho a Red Dead Redemption, y aquí también podremos llamar a nuestro caballo con un silbido, allá donde estemos y este aparecerá a nuestro lado.

Otro elemento muy interesante que han añadió al juego es la posibilidad de disfrutarlo con las voces en japonés (y subtítulos en castellano). El título está completamente doblado al castellano, pero se puede elegir poner las voces en inglés o ponerlas en japonés, para tener una experiencia mucho más inmersiva. Además, podemos activar un filtro de vídeo ‘Kuroshawa’, en homenaje al genial director de cine nipón, cuyos trabajos son una clara influencia en el juego. Esto pone el vídeo en blanco y negro y añade el grano propio de una película antigua. Los duelos así son impagables.

Mucho que hacer, mucho que explorar

Como todo sandbox, Ghost of Tsushima abre la isla ante nosotros para que la exploremos libremente, pero se asegura de llenarla de contenido. El juego irá marcando una serie de misiones principales, aquí llamados relatos, y un buen puñado de misiones secundarias, actividades de todo tipo y un montón de cosas por descubrir en forma de coleccionables, curiosidades, recompensas, etc. Hay mucho que hacer a cada palmo y todo se va integrando en un mapa que tenemos que ir descubriendo a medida que exploremos.

El papel de Sakai será el de protector de las gentes de Tsushima y, además de seguir sus propios objetivos para avanzar en su historia (conseguir aliados para enfrentarse el Kahn, echarlo de la isla y rescatar a su tío) podrá ir completando otras misiones que le otorgarán recompensas y acrecentarán su leyenda, hasta convertirla en el mítico Fantasma de Tsushima. Todas esas misiones e irán abriendo y colocando en el mapa cuando conozcamos a personajes, hablemos con ellos o se encadenarán tras completar otras misiones. Además, el ejército mongol controla casi toda la isla por lo que nos encontraremos con enfrentamientos en casi todos los caminos, puentes o rutas de la isla y tendremos que manejar la espada con precisión en todos ellos.

Además, hay aldeas, campamentos y mansiones ocupadas por los mongoles por toda la isla y liberar todos estos puntos será una parte importante del juego. Cada vez que limpiemos una zona quedará fuera del control mongol y esa parte de terreno ya no será territorio hostil (volverá a ser controlada por los lugareños). Así, iremos liberando poco a poco a la isla del dominio extranjero, lo que hará mas sencillo los desplazamientos, etc. Además, eliminar caudillos mongoles nos dará muchas recompensas muy cotizadas en el juego.

Pero además de conseguir avanzar en las misiones principales de la historia, todos los relatos secundarios, misiones pequeñas y la siempre ardua tarea de eliminar a los mongoles de la isla, Jin puede hacer muchas cosas más en el juego. El mapa está repleto de lugares secretos y escondites por descubrir, con un buen puñado de coleccionables para completar al 100% el título (además de conseguir recompensas de todo tipo).

Manantiales de aguas termales para recuperar y aumentar el límite de nuestra salud, lugares especiales para meditar y componer haikus (que nos darán vistosas bandanas y más cosméticos), templos sintoístas de difícil acceso que nos otorgarán talismanes con beneficios en el combate, pilares del honor que ofrecen cosméticos para las espadas, puestos de bambúes que mejoran nuestra determinación, faros para devolver la esperanza a la gente y aumentar nuestra leyenda, etc. También podemos cazar para conseguir pieles y recoger recursos raros por todo el mapa para poder comerciar, mejorar nuestro equipo, etc. Las posibilidades son abundantes. Siempre tienes la sensación de que queda mucho por hacer en cada zona de la isla. Y eso es bueno.

Y lo bueno es que para guiarnos por el mapa tenemos una especie de GPS infalible y muy original: el viento guía. Si marcamos un punto en el mapa (una misión, un lugar o cualquier marcador) el viento soplará en esa dirección. Y podemos hacer que sople el viento en cualquier momento pasando el dedo de abajo a arriba en el sensor táctil del mando de PS4. Además, podemos obtener mejoras en el viento guía, consiguiendo que nos guíe a coleccionables y recompensas cercanos.

Creciendo como guerrero total

Pero, además de las inmensas posibilidades de exploración y actividades, el pilar central de Ghost of Tsushima es su sistema de combate. Y el juego le añade suficientes ingredientes para estar entretenidos muchas horas, con un montón de trucos y técnicas que ir prendiendo para convertir a Jin en el guerrero total. Un sistema de progresión muy original que incluye un montón de opciones y que hará muy divertido ir aprendiendo y poniendo en práctica nuestra técnica en las múltiples batallas que tenemos por delante.

En primer lugar, el juego cuenta con un sistema de puntos de técnicas que iremos ganando a medida que ganemos combates y completemos misiones. Nuestra leyenda como guerrero crece y eso nos da puntos para mejorar nuestra técnica de combate. Con esos puntos podremos mejorar elementos como la evasión o el desvío, lo que desbloquea trucos con la espada que facilitarán los combates. Pero también podemos gastar esos puntos de técnica en desbloquear algunas otras mejoras, como las del viento guía, por ejemplo.

Pero otro elemento añadido al sistema de progresión son las posturas de combate con la katana. Hay cuatro y al comenzar sólo tendremos desbloqueada la primera de ellas, la postura de la roca. Esta es eficaz ante los espadachines y los arqueros, los enemigos más débiles del juego. Pero si buscamos, observamos y derrotamos a un buen número de caudillos mongoles, desbloquearemos las siguientes posturas de combate: la del agua (ideal contra enemigos con escudo), la postura del viento (perfecta contra los peligrosos lanceros) y la postura de la luna, que es ideal contra los enemigos más grandes, fuertes y lentos. Podemos cambiar de postura en cualquier momento pulsando R2 y también podemos desbloquear nuevos movimientos a cada postura con puntos de técnica.

La última pata del sistema de progresión en el combate son las armas, tanto la katana y el arco como las armas arrojadizas propias del fantasma. Cada vez que vayamos utilizando el camino del fantasma, iremos desbloqueando nuevas armas arrojadizas que nos ayudarán: kunais, bombas pegadizas, bombas de humo, bombas de ruido para despistar al enemigo, etc. Un sinfín de mejoras y añadidos donde podemos progresar hacia el sistema de combate en el que estemos más cómodos.

Y luego están las técnicas legendarias, que se prenden completando misiones míticas… pero eso ya os dejamos que lo descubráis vosotros. Pero la idea principal del juego gira en torno a la rotura del código samurái, que obliga a los enfrentamientos directos, mirando a los ojos del oponente, por el camino del fantasma. Jin se verá obligado a comportarse como un asesino, como un fantasma sigiloso, para poder derrotar al ejército mongol. Y es que habrá misiones donde será obligatorio utilizar estas técnicas, pero no siempre (el juego siempre nos da la opción de comenzar revelándonos al enemigo solicitando un duelo épico). Pero en nuestra mano está utilizarlas más o menos o, incluso, siempre.

Un elemento muy original es que el clima del a isla depende del camino que tomemos. Cada vez que elegimos el camino del fantasma, que nos comportamos como un asesino silencioso, se cubrirá de nubes, lloverá y habrá violentas tormentas. Si nos comportamos con el código samurái, lucirá el sol. Otro guiño dramático que ilustra el tema principal sobre el que gira el juego.

En definitiva…

Podríamos seguir hablando de todo lo que encierra este enorme juego de acción que te puede llevar entre 30 y 35 horas de juego completarlo en su mayor parte. Pero mejor dejamos que lo descubras tú. Porque ese es un de los puntos fuertes de Ghost of Tsushima, la exploración y el descubrimiento de todo lo que esconde esta isla bellamente diseñada. Siempre existe la sensación de que quedan cosas por encontrar, rincones por descubrir, un coleccionable que recoger, un enemigo al que retar…

Puede que algunas misiones, ya en el tercio final del juego (tiene tres actos) puedan resultar un poco repetitivas, otra vez enfrentándote a un grupo de enemigos parecidos, etc. Pero ese es un defecto en el que, inevitablemente, terminan cayendo los sandbox especialmente largos (le pasa a GTA V, le pasa a RDR2, a Assasin’s Creed Odyssey…). Aquí también ocurre, pero la profundidad del sistema de progresión del personaje, el combate especialmente satisfactorio que propone y el aliciente de los cientos de coleccionables y lugares por descubrir, hace que no pese demasiado y quieras seguir jugando (y de hecho no quieres que el título termine).

Ghost of Tsushima es un de los mejores sandbox a lo que he jugado estos últimos años y he sentido cosas que no experimentaba desde que concluí Red Dead Redemption 2. Claro que tiene fallos y cae en algunos tópicos de los juegos de mundo abierto, pero seguir el camino de Jin Sakai es una aventura digna de vivir. Y las fotos y clips van a saturar el disco duro de tu PS4, te lo aseguro.