Análisis de Dirt 5: barro, derrapes y fuegos artificiales

  • La nueva entrega del título de conducción de Codemasters vuelve a sus raíces y nos ofrece un juego arcade divertido y exigente.

Esta vez podemos decir que Codemaster ha acertado. Después de la modesta entrega anterior, la saga Dirt ha vuelto a sus raíces. Desde que la licencia se dividiera en dos y surgiera Dirt Rally, la saga numerada perdió su identidad, pero la recupera ahora con una entrega a caballo entre dos generaciones. Analizamos aquí la entrega correspondiente a PC, PS4 y Xbox One, pero Dirt 5 también brillará en las nuevas máquinas en dos semanas.

Dirt 5 nos propone un extenso y variado título de conducción, basado en decenas de especialidades de competición de rally y offroad, con un acabado arcade, menos exigente que su hermano simulador, pero que tampoco es un camino de rosas. Todo ello envuelto con un apartado gráfico envidiable, entornos espectaculares, neones, fuegos artificiales y bengalas de colores. Y todo al ritmo de una explosiva banda sonora. Vuelve el espíritu de Dirt para que nos entren ganas de volver a mancharnos con el barro en cada curva.

Es hora de mancharse las manos

Que el título ha vuelto al tono desenfadado y salvaje que echábamos de menos es algo que se aprecia según carga el juego y su menú principal. Los colores chillones, los graffitti, el tono urbano y la espectacular banda sonora (con The Chemicals Brothers y The Killers, entre otros) nos reciben y nos ofrecen bucear en sus diferentes modos de juego. Luego entraremos en detalle con el resto de modos, pero su modo Trayectoria es el corazón del título.

En este modo iremos desbloqueando los distintos eventos que presenta el juego. Un total de 130 eventos, en 70 rutas distintas, ambientadas en 10 localizaciones del mundo (Brasil, China, Grecia, Italia, Marruecos, Noruega, Nepal, Sudáfrica y dos localizaciones en USA, Arizona y Roosevelt Island) y protagonizadas por las distintas disciplinas disponibles: coches de Rally GT, Super Lite, RX Rally Cross, Sprint, Nodern Rally, Classic Rally, X Cross Raid, Pre Runners, Unlimited, etc.

Los eventos son de lo más variado y mezclan las posibilidades y características de cada categoría de coches con los desafíos de cada terreno y condición climática: desde los secos desiertos de Arizona, a las escarpadas laderas embarradas de la selva Brasileña o las congeladas pistas de Noruega. Hay pruebas para todos los gustos, pero las carreras con un par de decenas de vehículos en pistas anchas y embarradas, pensadas para los largos derrapes y los contantes adelantamientos (y colisiones) son lo más habitual.

Es cierto que hemos echado en falta las pruebas de los rallies más tradicionales, pero parece que Codemasters ha decidido que estas pruebas quedan reservadas para Dirt Rally, y aquí hay que echar el resto en las pruebas menos conocidas del mundillo. Eso sí, hay pruebas cronometradas, pero normalmente siempre se suceden en circuitos espectacularmente diseñados. A bordo de los diferentes coches tendremos un extenso menú de pruebas de todo tipo: carreras a varias vueltas en circuitos cortos, subidas o descensos de largos trazados montañosos, pruebas en circuitos más largos con distintos tipos de pavimento, etc.

Cuando el barro es bello

Y es en la enorme variedad de los circuitos y su fantástica ambientación donde brilla Dirt 5. Es alucinante derrapar en sus escenarios bellamente diseñados. De hecho, en las primeras carreras perderás concentración fijándote en los detalles de cada uno de sus trazados. Las favelas o la inmensidad de la selva en los circuitos brasileños, los diferentes tonos de la nieve y el hielo o la resplandeciente aurora boreal sobre el cielo de las pruebas en Noruega, con un clima dinámico alucinante que podemos personalizar… Y todo con el rugir de decenas motores y las carrocerías de todos los vehículos echando chispas en constantes colisiones.

Técnicamente el juego es una delicia. Aunque o basamos este análisis en la nueva generación, ya podemos decir que hemos podido probar este juego en una Xbox Series X y el resultado es brillante. Como ya sabéis, en la nueva generación Dirt 5 posee varios modos de rendimiento: el modo Calidad favorece la resolución a 4K dinámicos mejorando efectos gráficos, mientras que en el modo Rendimiento la resolución dinámica es más baja. También estará disponible el ‘modo 120 fps’, que sacrifica la resolución para conseguir duplicar la tasa de frames en televisores compatibles.

Y todo con un control muy divertido que no te exigirá como un simulador pero que te pondrá las cosas difíciles también para que el título sea un desafío contante. Aquí todo funciona realmente bien, pero está enfocado en buscar la espectacularidad en la conducción. Es un juego que quiere que derrapes de manera brutal y te fuerza a conseguirlo. Dependiendo de la categoría de coche que utilices en cada prueba necesitarás aprender a controlar su potencia y sus características propias y adaptarlas al terreno.

Aquí el contra volantear no se penaliza, sino que se premia y aguantar los derrapes más de la cuenta, también. Aunque puede que los rivales cacen tu estrategia y te adelanten en un despiste si alardeas demasiado. El juego no busca el realismo puro en las físicas, sino el espectáculo, y una vez entendido esto el control se siente magnífico y solo tendremos que aprender cómo reacciona para perfeccionar cada giro y sacar segundos al crono para marcar nuestra mejor vuelta.

La mayoría de las pruebas se realizan en trazados con pistas muy anchas, lo que permite derrapadas muy largas sin colisionar con el límite de la pista y lo que potencia los constantes adelantamientos. Pero al final, tendrás que conseguir tomar las trazadas perfectas para minimizar el tiempo o el resto de vehículos te pasarán por encima y solo verás sus brillantes traseros alejarse bajo el sol. Estamos ante un juego arcade pero que en los niveles de dificultas superior te lo van a poner muy difícil si no afinas tu técnica de conducción con cada coche y en cada trazado.

Más modos, más juego

El modo Trayectoria es tremendamente largo y superar todos sus eventos te llevará muchas horas, desbloqueando eventos nuevos, nuevas localizaciones y consiguiendo así puntos de experiencia, puntos de reputación y dinero. El dinero te dará acceso a nuevos vehículos y nuevos elementos para personalizarlos a tu gusto. Y es que tunear los coches con colores y pegatinas coloridas y estridentes es parte del juego. Esto hará crecer tu garaje y podrás utilizar esos coches en el modo Trayectoria, pero también en los otros modos de juego (que también te aportarán experiencia y dinero a medida que los pruebes). Además del os eventos, el modo trayectoria tiene otra modalidad que se denomina Retos y que son pruebas donde retarás a distintos cracks del mundo de los rallies a pruebas 1 contra 1.

Pero además del modo trayectoria, puedes pasarte por el resto de modos como el modo Arcade donde podrás personalizar el tipo de evento que quieres vivir: eligiendo localización, trazado concreto, hora de la prueba, condiciones climáticas y tipo de vehículos que pueden participar. Así, podrás disfrutar de tus pruebas favoritas una y otra vez, tanto en carreras como en pruebas contrarreloj.

Y otro de los modos que regresa en PlayGround, el editor de circuitos que en Dirt 5 cobra una nueva dimensión (más loca, si cabe). Este modo es eterno y te permite probar los miles de creaciones de circuitos que la comunidad sube a la red, probando trazados ‘ultra-locos’ que te sacarán la sonrisa y te desesperarán el mismo tiempo. Además, puedes hacer tus propias creaciones con un editor que funciona realmente bien y que permite miles de variaciones, tanto para hacer circuitos muy veloces como trazados muy técnicos, o trazados directamente imposibles.

Y, por supuesto, puedes probar con el Multijugador que, además de permitir partidas locales de hasta cuatro jugadores a pantalla partida (una opción que ya creíamos olvidada por los desarrolladores) te permite dar el salto al online.

En definitiva…

Dirt 5 es una arcade tremendo, gamberro y muy visual que hace que cada carrera sea más espectacular que la anterior. Y todo con un control que no te exigirá como un simulador pero que cuenta con su curva de dificultad para exigirte cada vez más y que cada prueba sea un desafío divertido de superar. Todo con esa ambientación y ese tono desenfadado y urbano con el que contaba la saga en sus inicios y que ahora recupera para diferenciarse lo suficiente de su hermano el serio, Dirt Rally. Un juego muy divertido donde llenarse de barro es lo más divertido que se pueda imaginar. Echamos de menos alguna prueba más cercana a los rallies tradicionales, por tramos, aunque con el toque arcade de este juego. Pero es un título sorprendente y bien acabado, ya sea en esta generación que toca a su fin o en la inminente.