En Guns, Gore y Cannoli viajamos a los Estados Unidos de los años 20. Nos ponemos en la piel de Vinnie Cannoli, un gángster de raíces italianas que recibe el encargo de viajar a la ciudad de Thugtown. Unas cuantas imágenes nos bastarán para descubrir que la ciudad está repleta de extrañas criaturas y muertos vivientes. Apenas quedan supervivientes y solo los mafiosos de la banda rival han resistido a la plaga zombi. Hasta el momento, ya tenemos una historia mucho mejor montada que la de la mayoría de juegos del género, porque al fin y al cabo nuestro objetivo va a ser liarnos a tiros desde el primer momento.
Gran variedad
Hay que destacar la variedad que podemos notar desde los primeros niveles en casi todos sus aspectos. Hay un gran surtido de armas a nuestra disposición, desde pistolas y fusiles hasta cócteles molotov y granadas que no explotarán si caen en el agua. Es precisamente muy notable la gran interacción con los escenarios para lo que acostumbramos a ver en este tipo de juegos. Tenemos dos niveles de profundidad que le dan una falsa tridimensionalidad al juego, objetos destructibles y barriles y vehículos que explotan, con los que nos podemos quemar y que nos ofrecen diferentes formas de afrontar las oleadas de enemigos y a los que no es siempre necesario que matemos para avanzar.
Conforme el juego avanza, nos enfrentaremos a nuevos enemigos, cada vez más listos, más fuertes y con características especiales: cargan, aparecen por detrás, llevan armadura... Y habrá que economizar las armas. Si queremos ahorrar, usaremos la pistola básica, con munición infinita, pero estaremos obligados a cambiar cada cierto tiempo de arma.
El reto está en subir la dificultad
Las mecánicas son muy simples si solo queremos entretenernos. Si queremos que el juego se convierta en un reto, siempre podemos subir la dificultad en cualquier momento. Guns, Gore and Cannoli es un juego de desplazamiento lateral con el teclado y una jugabilidad que recuerda a grandes clásicos de pasado como Metal Slug. Con puntos de guardado cada cierto tiempo, nos aseguramos el no tener que repetir el nivel completo si somos eliminados.
Echamos de menos la posibilidad de disparar arriba o abajo y que haya fuego amigo entre los rivales, así como otros detalles menores que quizás hacen el juego un poco repetitivo si jugamos en solitario. Conforme avanzamos en los niveles, la euforia inicial decae a pesar de la variedad constante de enemigos y armas, y algunos movimientos se nos antojan demasiado forzados y artificiales.
Un título para jugar con amigos
Uno de los puntos fuertes de este juego es que pide a gritos darle una oportunidad a su cooperativo de hasta cuatro jugadores que nos permitirá jugar la historia con varios amigos. Sin duda un gran acierto por parte de los chicos de Crazy Monkey Studios y Claeys Brothers que introducen una forma de jugar más interesante, loca y divertida que el individual.
Un gran apartado visual
Visualmente el juego es muy atractivo. Posee un estilo 2D agradable y muy 'comiquero' con escenarios bien ambientados. Introduce algunas cinemáticas con digresiones visuales y elementos narrativos que nos recuerdan al cine de gángsters de la época clásica. En el apartado sonoro sucede lo mismo que en su jugabilidad. La música y los efectos nos introducen desde el primer minuto en el ambiente del juego, pero termina siendo demasiado recurrente.
Conclusiones
Guns, Gore y Cannoli es un gran juego para los amantes de los clásicos 'shooters' 2D que tan populares fueron a finales del siglo pasado. Es algo más allá de un simple juego de disparos o zombis y posee una historia atractiva e interesante que contextualiza nuestro avanzar por el juego. Las voces están en inglés, pero es de agradecer la inclusión de subtítulos en castellano que pueden ser la clave para los jugadores que no dominen otro idioma. Su variedad inicial nos sorprende desde los primeros minutos aunque quizás es demasiado fuerte el subidón inicial. Eso sí, no podemos olvidarnos de la magistral decisión de integrar un modo cooperativo de hasta cuatro jugadores que nos ofrece una forma de jugar totalmente distinta y nos permite escapar del modo individual si nos aburrimos de él.