Análisis de Breathedge para PS5: una odisea espacial con un pollo inmortal

Hay veces que la mejor manera de hacer algo es no tomándoselo en serio. Hemos venido a divertirnos y el resultado nos da igual, parafraseando un cántico popular. Breathedge salió hace ya un tiempo para la mayoría de plataformas, sin embargo ahora llega a la nueva generación, a PS5 (con una fantástica edición física en España distribuida por Meridiem Games). El título de supervivencia de RedRuins Softworks vuelve exactamente igual que salió hace un año, para bien y para mal.

Breathedge es un juego con mecánicas más bien sencillas, su supervivencia se basa en aguantar la respiración -la del personaje, no la nuestra- por lo que una vez que comprendemos cómo funciona ese sistema y conseguimos los planos para construir mejoras en ese sentido, ya todo va mucho más cómodo. Aunque para ello puede pasar más tiempo del requerido si no estamos atentos o experimentamos un poco, pues el título no explica demasiado ninguna de sus mecánicas. La clave está en explorar, los sitios son bastante distintivos pues en el vacío del espacio no hay nada que pueda tapar un sitio de interés, donde haya una acumulación de material va a haber algo. Poco a poco iremos consiguiendo los planos y con rebuscar un poco también el material para construir, el resto es ir haciendo lo que nos haga falta y siempre un poco más por si acaso.

Como decíamos el gran impedimento de Breathedge, y como su propio nombre ya nos indica, es el oxígeno. Esto es lo que determinará hasta dónde podremos explorar y es lo primordial para conseguir avanzar. Fuera parte de esto, no hay nada más en las mecánicas que impida nuestra supervivencia, salvo la comida y el agua. Sin embargo hay tantas opciones para abastecernos que sería injusto tratarlos como un impedimento, son más bien una molestia.

Aquí es donde el humor hace su trabajo. Si el juego se tomará en serio y pretendiera renovar el género o ser un referente, unas mecánicas tan pobres serían un verdadero desastre. El humor absurdo y la propia filosofía de no tomarse en serio, estar para echar un rato entretenido y divertido, hacen que esto carezca de importancia. Desde luego tampoco va a llegar a Goty pero se queda en un punto intermedio que cumple su trabajo como producto de entretenimiento. Desde luego nosotros hemos echado en falta algo más de absurdez, hemos usado demasiado poco al pollo inmortal.

Lo que más chirría de Breathedge en sin duda el cambio que se produce a mitad de juego, pasando de la supervivencia al disparo en primera persona. Que a un título de supervivencia se le añada combate es algo normal, que sea de una manera tan brusca es algo que deja frío. En los juegos es importante construir la base desde el inicio, hay que saber a lo que se viene, de hecho en el título se hace todo perfecto en este sentido. Desde el principio nos introducen un humor absurdo y una mecánicas de supervivencia y exploración, sin embargo no hay rastro de combate. En cuanto pasan unas horas tenemos un Call of Duty espacial salido de la nada, introducido de una manera que se nota artificial.

De su historia mejor no hablemos mucho, somos el único superviviente de un accidente enorme en medio del espacio. Solo contamos con nuestras habilidades poco refinadas de construcción y un pollo de nuestro abuelo que resulta ser inmortal -el pollo, el abuelo era muy mortal, de hecho estábamos yendo al funeral-. A partir de ahí solo podemos contar con la guía de una IA y una señora que no habla nuestro idioma que nos manda mensajes. Hay que sobrevivir y de paso descubrir que ha podido pasar, lo de no hablar mucho no viene por posibles spoilers, si no por la trama de humor absurdo que todavía estamos intentando comprender.

Nosotros lo hemos jugado en PS5, como hemos dicho antes. No tiene especial diferencia con respecto a las versiones anteriores. Se denota mucho más fluido y en general el apartado técnico no tiene ningún problema. La localización al castellano sigue siendo una castaña, con fallos de traducción que pueden dañar nuestras retinas, aunque hay veces que no nos daremos cuenta de ello puesto que el juego tiene la fea manía de poner textos enormes mientras estamos en el vacío del espacio, y leer no es compatible con respirar -de nuevo nos referimos al juego-.

Aunque en la banda sonora no es que destaque demasiado, música espacial estándar y efectos normales, en el apartado gráfico si que nos puede dejar alguna muy buena impresión. El vacío del espacio, las naves estrelladas, grandes accidentes que involucran depósitos congelados de agua y pintura, asteroides, etc. Todo lo que puede llegar a tener algún atractivo visual en Breathedge lo consigue. Evidentemente en lo que a fotos para tener de fondo de pantalla o para postales se refiere, la foto de un urinario portátil espacial con los restos de un pobre diablo congelado no es demasiado atractivo. La ambientación está muy lograda, se intuye la inmensidad del espacio y de hecho a veces incluso confunde a nuestro ojo y parece que las cosas están más cerca de lo que parece.

Breathedge es un título de supervivencia que enmascara su sencillez con un humor absurdo. El no tomarse en serio ayuda a crear situaciones entretenidas y divertidas que hacen que un título pueda hacerse notar incluso si viene de una desarrolladora pequeña. Lo peor que tiene este videojuego no es su humor o su sencillez, es el salto de un género a otro en cuestión de segundos, dejando a un lado la supervivencia para pasar a ser un shooter.

En esta versión de PS5 no hemos notado más cambios que una mejora en su rendimiento con respecto a las consolas de la anterior generación. Su apartado técnico sigue siendo tan bueno como en las versiones anteriores y su localización a nuestro idioma tan malo como siempre. Además sus panorámicas siguen siendo de postal de viaje de vacaciones, si viajarás al espacio y hubiera un accidente de narices en medio de un campo de asteroides.

*Hemos realizado este análisis con una copia de Breathedge para PS5 proporcionada por Meridiem Games.