Análisis de Skully, una original y desafiante obra de plataformas 3D

  • Analizamos la obra de Modus Games y Finish Line Games, Skully, ya disponible para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch

  • Encarnamos a una calavera rodante y nos transformamos en diversos gólems para superar constantes desafíos

Modus Games y Finish Line Games nos ofrecen una original propuesta que se engloba dentro del género de plataformas y rompecabezas de escenario en 3D y ya está disponible en PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch. Con un original enfoque, nos permite ayudar a Skully a superar hasta 18 niveles desafiantes que nos obligarán a mejorar nuestras técnicas a los mandos constantemente si queremos sobrevivir hasta el final de cada capítulo. Por ello, y como os detallamos a continuación como parte de nuestro análisis de la obra, gustará especialmente a aquellos jugadores que busquen un desafío englobado dentro del género de las plataformas.

Un argumento sencillo para dar contexto a la jugabilidad

En Skully encarnamos a una calavera rodante que lleva dicho nombre y es creada por Terry, una deidad que posee el poder de la tierra, para que le ayude a arreglar el conflicto existente con el resto de sus hermanos, quienes a su vez poseen los poderes elementales del agua, el fuego y el viento respectivamente. Debido a esta pelea fraternal, se está destruyendo poco a poco la misteriosa y mágica isla en la que nos encontramos. Como podéis imaginar con esta sencilla premisa, a medida que avancemos a través de los niveles del juego encontraremos retos relacionados con estos elementos naturales.

En un inicio, el agua será letal para Skully, quién está hecho de una especie de material como de arcilla, y deberemos evitar caer al mar o mojarnos a causa de explosiones generadas por enemigos cercanos. Así, a base de ensayo y error, tendremos que aprender a superar estos obstáculos y retos habidos en cada uno de los escenarios con tal de prepararnos para la llegada de desafíos todavía más complicados cuando avancemos hacia niveles en los que la lava o las fuertes corrientes de viento supondrán toda una barrera a no ser que nuestro nivel particular a los mandos haya mejorado.

Como veis, el argumento de Skully es bastante sencillo y podremos adivinar la estructura que seguirá la trama tan solo con los primeros compases y conversaciones del juego. En ellas, es especialmente destacable el trabajo de los actores de doblaje, ya que las animaciones de dichos personajes dejan un tanto que desear. Aun así, la voz de Terry que nos acompaña en determinados segmentos de los niveles servirá para aportar consejos y pinceladas de la historia y sus protagonistas.

Alterna el uso de tres gólems para superar múltiples plataformas y retos

La mayor parte del tiempo la pasaremos encarnando al propio Skully, una calavera rodante que puede acelerar, saltar, agarrarse a determinadas superficies y poco más. Debido a esta limitada selección de movimientos y al hecho de que no hay elementos RPG que nos permitan subir de nivel ni mejorar nuestras habilidades, la mejora del protagonista estará íntimamente relacionada con nuestras propias habilidades a los mandos. Por ello, deberemos calibrar cada salto y pensar bien a dónde vamos antes de empezar a rodar sin rumbo, ya que si caemos a un área dañina moriremos y reapareceremos en el anterior ckeck-point. Algunos de ellos están bastante juntos, pero otros nos obligarán a superar varios tramos de plataformas móviles, tentáculos hostiles y otros desafíos antes de poder volver a guardar partida.

Aun así, el progreso por los niveles no es tan sencillo como puede parecer, ya que a medida que avancemos en la aventura tendremos a nuestra disposición hasta 3 transformaciones distintas. En los estanques de arcilla burbujeante que funcionan a modo de puntos de control también nos podremos curar y transformarnos. Para empezar, en los primeros compases de la aventura tendremos disponible la forma “fuerte” de Skully, un gólem con una fuerza considerable capaz de aplastar enemigos y obstáculos. Será el vehículo principal para usar en combate contra las criaturas y enemigos de la isla. Además, su poder en bruto también será vital para derribar barreras y muros que impiden a Skully continuar con su camino.

La segunda forma, una especie de pequeño y adorable gólem, la obtendremos más adelante en la partida y servirá para poder desplazarnos muy rápidamente por los escenarios. Gracias a este movimiento, a poder realizar “dashes” y a su poder de telequinesis, Skully será capaz de mover determinados obstáculos para abrirse camino. Por último, su tercera forma presenta una especie de antenas formadas por ramas de árbol y es el más sabio y mágico de los tres. Puede realizar saltos dobles y mover las plataformas con su poder particular, algo que permitirá abrir nuevas vías para que Skully siga rodando.

Cada uno posee sus propias fortalezas y debilidades, por lo que la sinergia entre ellos será esencial para progresar a través del peligroso terreno de la isla. Esto añade un punto de estrategia a cada nivel, por el cual tendremos que pensar bien cómo usar los tres gólems que tenemos a nuestra disposición (ya que podemos tener hasta tres activados simultáneamente) para avanzar. Aun así, algo negativo en esta mecánica es no poder desactivar individualmente estos gólems, algo que produce frustración por tener que repetir determinadas zonas y volver atrás para alcanzar otro charco mágico de arcilla y allí poder crear los gólems que necesitamos en ese momento determinado.

Apartados gráfico, técnico y sonoro

Gráficamente Skully aguanta bastante bien el tipo, aunque en la versión de Nintendo Switch que hemos jugado sea bastante más sencillo que en el resto de consolas y en PC. Esto se traduce en pantalla con unos efectos de difuminado ligero y como de niebla, algo que sobre todo en el caso de jugar en portátil nos puede acabar mareando ligeramente e impidiendo la clara visión de los elementos en pantalla. Por este motivo, creemos que la versión de Switch sale peor parada que el resto, además de si tenemos en cuenta que no se añade ninguna función de movimiento adicional especial (como la del giroscpopio) en el caso de la consola de Nintendo.

En lo técnico hemos encontrado varios fallos menores como bugs, pantallas de carga algo extensas y demás problemas que se pueden acabar solucionando con el paso del tiempo y la llegada de diversos parches que sirvan para pulir el título que nos ocupa. Por último, su apartado sonoro destaca por una BSO aceptable pero que a la larga se hace algo repetitiva, unos efectos de sonido para acompañar a la acción en pantalla y un doblaje en inglés bien logrado. Además, el juego cuenta con subtítulos en español.

En definitiva…

Skully es una propuesta desafiante que gustará especialmente a los jugadores amantes de un buen reto de plataformas en 3D. Gracias a la versatilidad que ofrece el disponer de hasta 3 gólems en los que transformarnos, cada uno de los 18 niveles que presenta el título será distinto y nos tendremos que adaptar a los retos que se sucedan en pantalla. Al estar disponible tanto en PC como en PS4, Xbox One y Switch recomendamos escoger una versión distinta a la última debido a que en la portátil de Nintendo la obra no luce demasiado en lo que a apartado gráfico se refiere. Aun así, supone una sorpresa para aquellos que busquen un juego sencillo pero a la vez original y retador.