Farruquito habla del capítulo más negro de su biografía. Once años después de atropellar a un peatón, reconoce que “es algo en lo que siempre pienso. Por respeto a su familia, a la mía y por respeto a las personas que no quieren seguir oyendo esto es un capítulo que siempre me hace temblar, pero que al mismo tiempo los años van apartando un poco esas tinieblas para que uno pueda seguir con la vida”.
"Ojalá fuera rico. Vivo bien porque llevo muchos años en esto, pero ni mucho menos. Yo nunca he recibido subvenciones y todo el dinero que he ganado ha sido para pagar vestuario y otras cosas necesarias", ha respondido Farruquito cuando Pepa Bueno le ha preguntado si era rico. "Ser gitano ahora es igual que ser un payo. Hay personas que nos gusta conservar tradiciones, pero yo desde pequeño me he relacionado con gente de todo el mundo", ha explicado el bailaor.
Tras haber hablado de su padre y de lo que le supuso su pérdida, Farruquito ha hablado también de su madre, una mujer a la que define con un fuerte carácter. "Ella siempre ha luchado para que nosotros tuvieramos una dedicación. Siempre ha sido más dura que mi padre", ha confesado el bailaor. "Me sorprende ese matriarcado del que hablas en una cultura que todavía practica la prueba del pañuelo", le ha dicho Pepa Bueno. "La prueba del pañuelo es algo que las mujeres entregan, nadie lo exige", ha respondido él.
Farruquito ha declarado que siempre que puede ayuda a su mujer en las tareas del hogar y también a criar a sus hijos: "Claro que la ayudo, ella no tiene tantos brazos". Pepa Bueno le ha preguntado si era machista la cultura gitana. "No, machista es el hombre que lo es, da igual de la cultura que sea. No se oyen muchos casos de maltratos de gitanos a gitanas, se escuchan más del otro bando, pero también somos una minoría", ha aclarado el bailaor. También ha mostrado su faceta más paternal al hablar de sus tres hijos.