Jorge Javier Vázquez: "De mi padre no hablamos mucho, nos duele compartirlo"

Recuerdo cuando me compré un perro cuando llegué a Madrid. Era un cocker y se llamaba Pronto. Poco tiempo después murió mi padre. Mi madre se quedó viuda muy joven, con 59 años. Entonces decidí darle el perro a mi madre para que se obligara a salir al menos tres veces al día a la calle y que pudiera recuperar, en cierta manera, su vida normal. El perro estuvo con nosotros 15 años. Mi madre nunca había tenido perro, siempre nos habíamos reído de la gente que tenía perro y ella sufrió un montón cuando murió. De mi padre no hablamos mucho, es algo que a todos nos duele tanto que no queremos compartirlo. No hace mucho, en una barbacoa, nos pusimos a hablar del perro y acabamos todos llorando.