La crisis migratoria siria está dejando duras imágenes de la situación que están viviendo las familias que intentan llegar a destinos como Alemania. La fotografía de Aylan Kurdi, el niño de tres años que se ahogó en las playas griegas, ha despertado la conciencia de ciudadanos y gobiernos que parecen aceptar el asilo de las familias que huyen de la guerra.