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Casper, el último padrino

Así se comportaba Ángel Suárez, alias Casper, en la cárcel de Soto del Real: "Su aura hacía que tuviese muchos conflictos"

Imagen de archivo Ángel Suárez Flores, alias Casper. 'Casper, el último padrino'
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Tras ser pillado por el robo de más de una decena de cuadros en casa de Esther Koplowitz e ingresado en la prisión de Soto del Real, su abogado César Barrado confiesa que a Casper le gustaba ser allí "el muerto en el entierro, el novio en la boda y el niño en el bautizo".

Para el letrado, había algo que complicaba su convivencia en la cárcel: "La aura que él llevaba y lo que le gustaba destacar hacía que tuviera muchos conflictos". Y es que sus compañeros le acusaban de tener privilegios tales como comida, teléfonos o relojes. Además, le solían pedir favores, trabajo e incluso dinero, donde finalmente vio un nuevo negocio.

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El dinero prestado, su nuevo negocio

Tal y como apunta Cruz Morcillo, Casper pasa a dedicarse a la usura en Soto del Real prestando enormes cantidades de dinero a gente que de pronto tiene una urgencia enorme "se supone a un interés muy alto" ya que "de esos delitos nunca reconoció nada".

De hecho, corre el rumor que el letrado ni confirma ni desmiente de que Ángel Suárez Flores tenía una libreta donde recordaba la cantidad de dinero que le debía cada persona. "Él nunca dejaba deudas por cobrar", confiesa.

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Toni 'El Santo' sí que recuerda haberla visto. Además, afirma que escribía en ella un tipo de código que solo entendía él: "Cuando había un teléfono de nueve cifras, estaban cambiadas de posición".

Así "recuperaban el activo"

Cuando el dinero no era devuelto, los integrantes de la banda iban a "explicárselo más fuerte para que entendiera que era una deuda que tenía que afrontarla". Según explica Toni 'El Santo', Casper se giraba en su silla con las piernas cruzas y las manos entrelazadas para recibir a sus visitas: "Se quedaba unos segundos mirando fijamente a la persona con la que tenía que interactuar y es uno de esos momentos donde se corta la tensión con cuchillo. Te das cuenta que un silencio dice más que hablar mucho". Y es que, "para él no había contratos porque un estrechón de manos era una firma de por vida", asegura su conseguidor 'Carni'.