Después de haber comido con las monjas de clausura, Tamara Falcó ha compartido con ellas cómo fue su conversión al cristianismo y ha bromeado con que pensó que su familia iría al infierno al leer la Biblia. Ha confesado que tenía prejuicios sobre ellas y pensaba que tendrían una media de 90 años. "Sois muy normales", ha afirmado tras conocerlas.