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Saúl Craviotto, medallista olímpico, no solo ha acompañado a Jesús Calleja en su visita a La Palma para conocer en primera persona las consecuencias que está teniendo entre los palmeros la erupción del volcán de Cumbre Vieja, sino que ha confesado una dura realidad que vive tanto él como el resto de sus compañeros deportistas.
Es Calleja quien lanza la pregunta y pone de manifiesto una situación real y preocupante que no ocurre en otros países: “Hay países donde tú, por el hecho de ser olímpico, tienes asegurado de por vida un trabajo, ¿por qué no ocurre esto en España? ¿Qué se está haciendo mal?” Craviotto responde:
El piragüista asegura que este hecho supone una de las preocupaciones que más inquieta a los deportistas olímpicos: “Es ese precipicio de cuando llega tu retirada y dices ‘¿y ahora qué?’ Llevas toda la vida representando a tu país sin haber declarado a la Seguridad Social en la vida”.
Y es que Saúl asegura que tiene amigos que lo han dado todo durante años, que se han dejado la piel en el deporte y después “se chocan con la realidad y la vida real”. Por eso, Craviotto asegura que suele aconsejar a los jóvenes a menudo: “Les digo ‘poneros a estudiar’ porque yo tengo cinco medallas olímpicas y no vivo de esto, no me voy a poder retirar con lo que he ganado en el piragüismo”.
Calleja quiere saber más y le pregunta a su invitado cuánto le paga el Estado por ser medallista olímpico: “Por la medalla olímpica se nos quedan 50.000 euros al año” y añade que él sí que ha cotizado a la Seguridad Social porque es Policía Nacional pero que, como deportista, no ha cotizado un solo euro.
Pero ¿qué pasa si un atleta no tiene una sola medalla olímpica? ¿Cuánto cobra? “Tengo ejemplos de compañeros que se les quedan unos 700-800 euros al mes, y teniendo resultados. Sino, tampoco”. Craviotto aprovecha para lanzar un alegato a favor de los deportistas: “Que no haya juguetes rotos, no hay que olvidarse de la gente”.
Saúl Craviotto confiesa que antes solía tener muchas manías, sobre todo a la hora de ponerse en movimiento con la piragua, empezaba siempre por el lado izquierdo. Pero ya no lo hace. Eso sí, lleva siempre consigo un amuleto muy personal y significativo para él: los chupetes de sus hijas. Eso sí, no deja que nadie toque las medallas.
Craviotto habla, además, de la presión a la que se ven sometidos los deportistas olímpicos y hace alusión a la retirada de Simone Biles de los Juegos Olímpicos de Tokio. El piragüista hace una importante reflexión sobre la salud mental de los atletas olímpicos.