Izzy, la perra que sobrevivió a la destrucción de los incendios de California

California sigue luchando contra la devastadora oleada de incendios, la más mortífera de la historia del estado. En un panorama teñido por el rojo de las llamas y el gris de las cenizas dejadas a su paso, los muertos se cuentan por decenas y son miles las personas que se han visto obligadas a abandonar sus casas para salvar sus vidas.

Entre estas últimas se encuentra la familia de Beckyjean Widen, residente en Santa Rosa, una de las ciudades más afectadas por la tragedia. Como ha contado en Facebook, donde su mensaje ha tenido gran difusión, sus padres se despertaron rodeados de llamas y apenas tuvieron segundos para, en medio del pánico, huir del domicilio.

En esos momentos de tensión y caos cuando intentaban escapar, la perra de sus padres, Izzy, “echó a correr” sin que la madre de Beckyjean pudiese perseguirla, dado que era imposible que lo hiciese sin “poner en riesgo su propia vida”.

“Atravesando muros de fuego y cruzando a través de un puente de madera quemado, lograron alcanzar la carretera y ponerse a salvo”, cuenta en la red social.

Como tantas familias en esta terrible oleada de incendios, lo acababan de perder todo. Sin embargo, relata Beckyjean, su madre “estaba devastada por dejar atrás a Izzy”, su cariñosa y fiel mascota.

Fue por ello por lo que, tan pronto como pudieron, y a pesar de las consignas de la policía que instaban a no hacerlo, el hermano y el marido de Beckyjean fueron al domicilio destruido “por si por algún milagro Izzy hubiese sobrevivido”. Y en este punto es donde inicia el vídeo publicado junto al mensaje en Facebook: en él, ambos ascienden por una carretera rodeada de un manto gris, entre el humo y las cenizas, jadeando de cansancio mientras gritaban de vez en cuando el nombre del animal.

Tras una búsqueda de casi 5 kilómetros, ya cerca del hogar donde residía Izzy, contra todo pronóstico y a pesar de lo increíble que resultase a juzgar por los innumerables daños ocasionados alrededor, el animal apareció en el horizonte para aproximarse corriendo a sus rescatadores, que, tan felices como él, se apresuraron a abrazarle.