Un total de 28 niños fueron vendidos por entre 1.200 y 6.000 euros y trasladados a la Península bajo la apariencia de hijos biológicos. 31 personas han sido imputadas en el marco de una investigación de la Guardia Civil sobre una trama organizada que se dedicaba, en los años setenta y ochenta, a la compraventa de bebés procedentes de Marruecos.