Un juez ha emitido un voto particular para pedir la absolución de 'La Manada'
La Audiencia ha condenado finalmente a nueve años de prisión a los cinco acusados por abuso sexual y les ha absuelto del delito de agresión sexual, un criterio con el que uno de los magistrados se ha mostrado disconforme. "Descafeinada", así ha calificado Miguel Ángel Morán, uno de los abogados de la víctima de 'La Manada'.
Su voto particular pide la absolución de los acusados de todos los delitos de los que han sido juzgados y plantea condenar a uno de ellos por un delito de hurto (robo del móvil de la joven denunciante) a una multa de dos meses con una cuota diaria de 15 euros. Además, el magistrado pide la puesta en libertad de los cinco acusados, que actualmente se encuentran en prisión.
El Ministerio fiscal pedía para los acusados 22 años y 10 meses de prisión por agresión sexual, además de por un delito contra la intimidad y por robo con intimidación; la acusación particular reclamó 24 años y nueve meses, y las acusaciones populares elevaron esta petición a los 25 años y nueve meses de prisión. Las defensas, por su parte, habían pedido la absolución de los cinco acusados.
El fallo se ha conocido cinco meses después de que la vista oral del juicio contra los cinco acusados quedara visto para sentencia. En concreto, la vista finalizó el pasado 28 de noviembre de 2017. Unos días después, en diciembre, el tribunal rechazó la puesta en libertad de los cinco acusados, después de que la defensa de uno de los acusados hiciera una petición para su puesta en libertad. El resto de defensas se adhirieron a esta petición y las acusaciones se opusieron.
La víctima, en el juicio: "Me sometí para que acabara"
Fueron cuatro horas de declaración en las que respondió a la fiscal, a las tres acusaciones y a los tres abogados defensores de La Manada. Es el relato completo de la joven que denunció a los cinco amigos sevillanos por agresión sexual en grupo, una transcripción que publicó el Diario de Noticias de Navarra.
En el testimonio la joven admitió detalles que no la favorecieron, como que se besó voluntariamente con uno de los jóvenes o que la fuerza que usaron para meterla en el portal no fue extrema: dos de ellos la cogieron de las manos.
También reconoció que no gritó ni se revolvió contra ellos porque se quedó en shock. Pero también fue contundente al asegurar que nunca hablaron de sexo, que no estaba buscando un lugar para tener relaciones sexuales y que nunca prestó su consentimiento. Que la rodearon en un cubículo muy estrecho, le entró miedo y por eso se sometió.
