La desaparición de Julen y la caída en el pozo, un suceso difícil de reconstruir

La búsqueda de Julen, el pequeño desaparecido en Totalán, Málaga, desde hace ya más de 24 horas, prosigue con todos los efectivos trabajando contra reloj. Fueron dos las personas que vieron al niño, de dos años, caer por el estrechísimo pozo de 25 centímetros de diámetro que centra ahora toda la atención: su padre y una prima de éste.

En la finca estaban los padres de Julen y otra pareja, también con una niña. Preparaban un almuerzo mientras los menores jugaban en el campo. Cuando Julen cayó, ambos lo vieron. Estaban a dos metros y medios y dicen que escucharon también cómo el niño lloraba.

Aunque existen algunas dudas sobre cómo el pequeño pudo haber caído por un hueco tan estrecho, dos objetos que han encontrado los bomberos podrían situarle en el agujero: “un vaso de plástico y una bolsa que no sabemos si son del niño”, ha precisado Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil.

Tampoco saben cómo se encontraba el pozo en el momento en que se produjo el suceso. La familia dice que los niños podrían haber estado jugando con las piedras que tapan el agujero.

“Toda la familia está destrozada completamente”, sostiene la madre de la testigo, Ángeles Martín.

Insisten en que fue un terrible accidente al que ahora los investigadores intentan dar respuesta.

Hace un año y nueve meses, los padres de Julen ya perdieron a otro hijo de tres años, que padecía una cardiopatía congénita.