Estas son las historias de los testigos del derrumbe de Tenerife

La espera se hace larga, la angustia se deja notar en los rostros. Aferrada a su móvil, Linda espera noticias de Flor, una mujer asturiana que pasaba largas temporadas en la isla. “Quiero sacar la esperanza por donde sea”, afirma nerviosa. Los familiares de los afectados de fuera de Tenerife comienzan a llegar a un centro cultural cercano al lugar de los hechos, donde reciben atención psicológica.

En la lista de personas aún sin localizar figura una mujer marroquí que acababa de dejar a sus hijos en el colegio. Uno de sus allegados asegura que “los niños preguntaban al padre por su madre y por la casa. Querían venir a casa, querían ver a la madre”.