El fundador de la funeraria implicada en una estafa millonaria declara que "no era sabedor" de los cambiazos de ataúdes
El pasado día 2 de febrero, declaró en el Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid Ignacio Morchón, fundador del Grupo El Salvador, después de que la jueza lo condenara a prisión sin fianza por veinte años de presuntas prácticas fraudulentas, entre 1995 y 2015, en la reventa de ataúdes.
Al preguntarle sobre el origen de los 932.000 euros hallados por los investigadores en su casa, el acusado ha alegado que son todos los ahorros de "su vida hasta ahora". Morchón ha justificado, en declaraciones recogidas por 'El Norte de Castilla', que escondió su dinero en varias bolsas en el interior de su vivienda achacando a su "miedo a los bancos".
Según las investigaciones policiales, hubo dos extrabajadores de la funeraria que corroboraban las acusaciones; una de ellas afirmaba que había visto reutilizar tres veces un féretro "de 12.000 euros".
Ante esto, el acusado ha afirmado que él "no era sabedor de eso" y que "jamás le envió hacer nada de eso". "No puedo llevar a un muerto sin autorización de la familia. ¿Cómo lo voy a hacer si tengo a la familia hasta última hora conmigo?" -respondía el fundador- "Se les enseña cómo se mete el féretro dentro. Es más, los hornos llevan una mirilla".
Por su parte, ante la pregunta lanzada por la acusación sobre el número de ataúdes que la empresa compraba al año, Morchón ha respondido que "Hemos ido creciendo (...) He llegado a hacer en Valladolid 2.400 al año". En 2018, según el acusado, fue cuando más féretros tuvieron.
De todos ellos, según el fundador, en la actualidad se incineran en torno al 40% de los ataúdes pero que, al inicio del negocio, la cifra oscilaba entre el 10% y el 12%.
Ente el periodo de 1995 a 2015, se estima que unas 6.000 personas podrían haberse visto afectadas por la presunta estafa que. Según las investigaciones, supuestamente solo se usaron las tapas de los ataúdes para introducir algunos de los cadáveres en el horno crematorio.