Unos disfrutan en la playa y los que trabajan respiran la paz de las ciudades en verano

Playas abarrotadas y enormes atascos se convierten en una imagen tradicional cada 15 de agosto. Las grandes ciudades se quedan desiertas y los pocos que siguen paseando por sus calles lo agradecen, “a mi salir ahora me encanta”. El éxodo hacia las costas deja una extraña calma en las calles de ciudades como Madrid y los que se quedan disfrutan de un oasis en el que “hay menos coches, menos gente y menos tráfico” y “puedes aparcar donde quieras”. Puestos a buscar peros, “está todo cerrado”. Sí, las ciudades, cierran por vacaciones.