Si impresiona ver la fuerza con la que bajaba el agua sobrecoge todavía más el testimonio de los afectados. O el de tres hermanos que escaparon a duras penas. Su propia casa se convirtió en un río y a punto estuvieron de tirar la toalla, pero por suerte, un guardia civil consiguió sacarles. Ha sido una pesadilla difícil de olvidar.