Ecologistas en Acción denuncia a España ante la Comisión Europea por no regular los niveles de ozono troposférico

Las zonas que según los ecologistas han estado afectadas superar los valores legales son 40 y están repartidas entre Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y País Vasco.

Según establece la directiva europea de Calidad del Aire, los Estados miembros deberán elaborar planes de calidad del aire en las áreas y aglomeraciones donde los niveles de ozono superen cualquier valor objetivo, que es de 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire (*g/m3), que no deberá superarse en más de 25 días por cada año.

De esta forma, los ecologistas han pedido al organismo europeo una apertura de expediente sancionador al Estado español por no elaborar los preceptivos planes y, de admitirse a trámite, "sería el tercer expediente comunitario contra España en materia de contaminación atmosférica", tal y como ha afirmado la ONG.

En este sentido, como ha asegurado la organización, existen otros dos procedimientos abiertos, uno de 2009 y otro de 2015, en relación a las partículas en suspensión y el dióxido de nitrógeno (NO2), que están a la espera de pasar al Tribunal Europeo de Justicia.

De acuerdo con los análisis de Ecologistas en Acción en base a las estaciones de medición, la contaminación ha afectado a la totalidad de las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid, "las más perjudicadas como consecuencia de las emisiones del tráfico rodado del área metropolitana de Madrid", que "además de dañar la salud de los seis millones y medio de madrileños, afecta de manera grave a dos millones de habitantes de Castilla-La Mancha y el norte de Extremadura".

Según la organización, de acuerdo con la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes prematuras al año producidas por la exposición a niveles de ozono "como los registrados actualmente" ascienden a 1.800 en España y a 17.000 en Europa. El ozono, además de para las personas, es "también tóxico" para la vegetación, "dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos", según han concluido.