Sólo hay lágrimas y dolor en Carral, por el fallecimiento de sus jóvenes vecinos. Tres de las seis víctimas mortales del accidente que tuvo lugar en el rally de La Coruña eran de allí y allí les conocía todo el mundo. En la pequeña población todos se conocen y lloran por esas vidas que se perdieron en el asfalto. Se han suspendido las fiestas. En lugar de las atracciones, ahora se colocan crespones negros.