El riesgo aumenta en Navidad por la sobrecarga eléctrica, el uso de calefactores y la falta de detectores de humo
Mansour, el joven guineano que salvó a una mujer en la DANA de Málaga y que ahora vive en la calle: "No lo entiendo"
Ocho personas han muerto en apenas 24 horas a causa de incendios domésticos, una cifra que vuelve a poner el foco en un riesgo que se dispara durante las fiestas navideñas. La combinación de adornos, aparatos eléctricos, calefactores y chimeneas convierte estas fechas en uno de los periodos más peligrosos del año dentro del hogar.
Salvador Varea, delegado del CSIF de los Bomberos, alerta de que muchos de estos fuegos podrían evitarse con medidas básicas de prevención y una mayor concienciación sobre los peligros eléctricos y el uso del fuego en casa.
El salón, epicentro del riesgo: electricidad, adornos y calefactores
Navidad es tiempo de reuniones familiares y de calor de hogar, pero también de sobrecargas eléctricas. El salón se convierte en el punto más crítico: casi la mitad de los incendios mortales en viviendas comienzan en esta estancia. El motivo principal es el uso simultáneo de múltiples dispositivos eléctricos conectados a una misma regleta, a los que se suman árboles de Navidad iluminados, estufas o calefactores.
Al menos 42 de cada 100 incendios mortales en viviendas tienen origen eléctrico
Según los datos, 42 de cada 100 incendios mortales en viviendas tienen origen eléctrico. Muchos se producen por falsos contactos que no son detectados por los sistemas de protección habituales. El exceso de adornos cerca de enchufes, cables deteriorados o instalaciones antiguas aumenta de forma considerable el riesgo.
Varea recomienda no sobrecargar las tomas eléctricas, mantener distancia de seguridad entre adornos y fuentes de calor, y revisar el estado de los cables, especialmente en luces navideñas reutilizadas de otros años.
Detectores de humo y prevención: las claves para salvar vidas
La cocina es el segundo foco de peligro: el 10% de los incendios domésticos se originan en esta zona, muchas veces por dejar fuegos o electrodomésticos sin supervisión. El uso de temporizadores y la vigilancia constante son medidas sencillas que pueden marcar la diferencia.
El año pasado, 172 personas murieron atrapadas en incendios en sus propias casas, y casi la mitad de las víctimas tenían más de 64 años, un colectivo especialmente vulnerable. En la mayoría de los casos, la causa del fallecimiento no fueron las llamas, sino la inhalación de humo.
Los especialistas insisten en la importancia del detector de humo, un dispositivo fundamental que puede alertar a tiempo y salvar vidas. Su instalación es sencilla y su coste reducido, pero su impacto es decisivo.


