Sociedad

Los platos preparados conquistan el día a día de los españoles por el precio y la falta de tiempo

Los platos preparados conquistan el día a día de los españoles: rapidez, precio y falta de tiempo impulsan un mercado que ya crece un 60%
Sección de platos preparados de un supermercado. Carlos López
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Patata, arroz con pollo, lasaña… la oferta de platos listos para comer llena hoy las estanterías de la mayoría de supermercados. Y los españoles, cada vez más faltos de tiempo, los están adoptando en su rutina diaria. Este novedoso mercado ha crecido un 60 % en los últimos cinco años, una cifra que refleja un cambio profundo en los hábitos de consumo y en la manera en la que los españoles organizan su alimentación diaria.

El consumo de estos productos ha aumentado en los últimos años, conllevando un estilo de alimentación que, según advierten los expertos, está lejos de ser el más recomendable.

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Silvia es una de las muchas personas que ha incorporado esta opción a su día a día: “Trabajo a turno partido, no tengo tiempo para cocinar ni me gusta y aquí tienes comida para elegir, ya preparada, explica mientras recoge su plato preparado. Conocemos también a Lucía, estudiante universitaria, que confiesa algo similar: “Me da mucha pereza cocinar, luego también tener que estar limpiando en casa”.

Me da mucha pereza cocinar, luego también tener que estar limpiando en casa

La venta de platos preparados, además de crecer, empieza a ganar terreno a los restaurantes tradicionales. Uno de los motivos es el precio: “Un menú del día te ronda entre 12 y 15 euros y aquí a lo mejor por 6 euros ya solucionas todo”, comenta un cliente.

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Para muchos trabajadores, estos espacios se han convertido en su comedor habitual. “Trabajo de repartidor y se me hace bastante cómodo. Tenemos el sitio, la comida, microondas”, explica otro usuario.

Del restaurante a la comida para llevar

El fenómeno ha impulsado también a pequeños negocios de barrio que han sabido adaptarse a esta nueva demanda. En estos establecimientos la comida no se sirve en mesa, sino directamente en un tupper para llevar. “Nosotros teníamos un restaurante y a raíz de la pandemia tuvimos que cerrarlo y... hubo que reinventarse”, relata Isabel Galán, propietaria de un local de comida para llevar.

El formato, asegura, resulta más económico: “Es un poquito más barato, es un poquito más económico. Y mucha gente que trabaja en oficinas o que incluso tiene dos horas para comer, prefiere ir a casa, descansar un poquito”.

Es que es cocina casera, in situ, y uno ve a los cocineros trabajando en el mismo momento

La confianza de los consumidores en estos espacios se apoya también en la transparencia: “Es cocina casera, in situ, y uno ve a los cocineros trabajando en el mismo momento”, destaca otro cliente habitual. Y es que estos platos preparados ya no son solo una solución puntual, sino un producto en plena expansión.