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Cómo leer adecuadamente la etiqueta de los neumáticos del coche: así puedes evitar riesgos y multas

Etiqueta de neumáticos
La nueva etiqueta de neumáticos. Cortesía de Vredestein
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Cuando hablamos de seguridad al volante, solemos pensar en cuestiones como los frenos, cinturones o airbags. Pero hay un elemento esencial que a menudo pasamos por alto, y no deberíamos hacerlo: los neumáticos. No solo son los únicos puntos de contacto entre el coche y el asfalto, sino que su estado, calidad y características pueden suponer la diferencia entre frenar a tiempo o acabar estampado

Desde 2021, la etiqueta europea del neumático es obligatoria y ofrece al consumidor información crucial. El problema es que muchos la ignoran… o ni siquiera saben cómo interpretarla. Y eso, además de suponer un riesgo, puede conllevar sanciones de hasta 200 euros por rueda si no se cumplen los requisitos legales.

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Por eso, conviene tomarse un minuto para entender qué significan esas letras, iconos y códigos QR que acompañan a cada goma nueva. No se trata tan solo de un formalismo, sino que es toda una guía para comprar con criterio, circular con seguridad y evitar multas.

¿Qué incluye exactamente la etiqueta del neumático?

La Dirección General de Tráfico (DGT) explica que la etiqueta europea del neumático proporciona información clara y comparable sobre aspectos clave como la eficiencia energética, la seguridad y el nivel de ruido.

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Desde mayo de 2021, es obligatorio que esta etiqueta incluya:

  • Eficiencia en el consumo de combustible: con una escala de la A (más eficiente) a la E (menos eficiente).
  • Adherencia en superficie mojada: también con una escala de la A a la E.
  • Ruido de rodadura exterior: expresado en decibelios (dB) y representado con 1, 2 o 3 ondas.
  • Símbolos adicionales: como el de nieve (3PMSF) o hielo (Ice Grip), si aplica.
  • Un código QR: que permite consultar la ficha del neumático en la base de datos oficial de la UE.

Este último punto es especialmente importante, ya que el código QR conecta directamente con EPREL, la base de datos europea para productos energéticos. Ahí se pueden consultar los datos técnicos completos del neumático, su fabricante y sus condiciones de uso.

Archivo - Neumáticos

¿Por qué importa la clasificación energética?

Un neumático más eficiente no solo gasta menos combustible (o batería, en caso de eléctricos), sino que reduce las emisiones y alarga la vida del propio neumático. Según la DGT, elegir una goma con clasificación A frente a una E puede suponer un ahorro importante a medio plazo, sobre todo si se hace mucha carretera. Además, aunque la diferencia entre dos letras puede ser invisible a simple vista, sí que resulta muy significativa en comportamiento y consumo real.

Adherencia en mojado

Uno de los elementos más ignorados y, a la vez, más críticos de la etiqueta es el nivel de adherencia en mojado. Aquí, la clasificación también va de la A a la E, y tiene consecuencias directas sobre la distancia de frenado.

Según la DGT, una clasificación baja en adherencia puede suponer hasta 18 metros más de distancia de frenado en condiciones de lluvia a 80 km/h. Eso equivale, literalmente, a un paso de peatones entero o a no frenar a tiempo ante un coche parado en un atasco.

Ruido exterior: también es una cuestión de salud (y de multas en zonas ZBE)

En este indicador, una onda indica el menor nivel de ruido, mientras que tres ondas advierten de un neumático especialmente ruidoso, lo que puede generar molestias acústicas, mayor contaminación ambiental y problemas en ciertas zonas urbanas restringidas.

Además, si circulas en ciudades con Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), el uso de neumáticos con niveles altos de ruido o sin homologación adecuada podría dificultar la inspección técnica o incluso derivar en sanciones si no se ajustan a lo declarado en ficha técnica.

Leer bien la etiqueta puede salvarte el bolsillo… y la vida

Más allá de lo técnico, hay un aspecto legal ineludible. Circular con neumáticos en mal estado, no homologados o con medidas no autorizadas por el fabricante puede suponer sanciones de hasta 200 euros por cada rueda. 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) añade que usar neumáticos no adecuados “puede afectar al rendimiento del coche y poner en riesgo la seguridad en frenadas o curvas”.

La etiqueta del neumático no es una formalidad para cumplir con Bruselas. Es una herramienta al servicio del conductor. Ignorarla equivale a conducir sin saber si tus ruedas frenan bien en mojado, consumen más de lo debido o generan un ruido que puede ser motivo de sanción. Leerla correctamente es entender que cada letra y cada símbolo pueden marcar la diferencia entre una conducción segura o un susto evitable.

En un contexto de transición energética, controles urbanos más estrictos y precios al alza, elegir neumáticos con criterio es una inversión más que un gasto. Y lo mejor de todo: no hace falta ser mecánico para hacerlo. Solo prestar atención a una etiqueta.