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Circular con una rueda de repuesto más de lo permitido: límite legal y riesgos que pocos conocen

Cambiando la rueda por una de repuesto
Cambiando la rueda por una de repuesto. Getty Images
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Muchos conductores ignoran que existen unos límites estrictos y, a menudo, poco conocidos asociados al uso prolongado de la rueda de repuesto. Y es que, conviene dejar claro que se trata de una solución que parece inocua y temporal, pero que acarrea serias implicaciones legales y técnicas. En un primer momento podemos pensar que se trata simplemente de una cuestión práctica en casos de emergencia, pero circular con la rueda de repuesto más allá del tiempo y distancia permitidos por la normativa española puede llevar a sanciones importantes y, lo que resulta más preocupante, a riesgos importantes para la seguridad vial.

En primer lugar, conviene aclarar que la rueda de repuesto, y más concretamente la versión conocida popularmente como "galleta", no es una rueda estándar. Está diseñada específicamente para facilitar que el vehículo pueda desplazarse hasta el taller más cercano tras sufrir un pinchazo, pero bajo unas condiciones estrictas. Estas son no superar los 80 km/h y limitar su uso a una distancia máxima aproximada de 80 a 100 kilómetros. Ir más allá de estos límites implica la vulneración de la normativa vial, y poner en serio compromiso la seguridad tanto del conductor, como de otros usuarios de la vía.

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Según establece la Dirección General de Tráfico (DGT), aunque no es obligatorio llevar específicamente una rueda completa, sí se exige contar con algún sistema alternativo que permita seguir circulando ante una incidencia, como puede ser una rueda temporal, un kit antipinchazos o neumáticos run-flat. El incumplimiento de esta normativa o el uso inadecuado de estos elementos puede provocar la imposición de multas que ronden los 200 euros, y estén catalogadas como una infracción grave.

Conduciendo con una rueda de repuesto

Las implicaciones técnicas del uso indebido de la rueda de repuesto se pasan por alto hasta que se manifiestan en la forma de fallos mecánicos o, incluso, accidentes de conducción. Las ruedas temporales, por su construcción y dimensiones diferentes respecto a las convencionales, generan desequilibrios importantes en la dinámica de cualquier vehículo. Esto puede suponer que al conducir con ella notemos una pérdida considerable de estabilidad, menor adherencia a la carretera y un desgaste acelerado e irregular de los neumáticos principales restantes.

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Además, según distintos estudios técnicos, la utilización prolongada de una rueda temporal puede suponer también un problema grave con sistemas esenciales como el frenado antibloqueo (ABS) o los controles electrónicos de estabilidad (ESP). Estas interferencias pueden generar respuestas imprevisibles del vehículo en situaciones críticas, aumentando considerablemente el riesgo de sufrir accidentes.

La dgt en una carretera gallega realizando un control del estado de los neumaticos

Aspectos legales y responsabilidades

Desde un enfoque estrictamente legal, la normativa recogida en el Reglamento General de Vehículos señala claramente que todo elemento de emergencia debe emplearse exclusivamente en las circunstancias específicas para las que fue diseñado. Circular con una rueda de repuesto "galleta" de manera normal puede interpretarse como negligencia en el mantenimiento y seguridad del vehículo, exponiendo al conductor a sanciones económicas y potenciales responsabilidades civiles en caso de accidente.

Asimismo, el desconocimiento no exime al conductor de la responsabilidad. Por ello, es fundamental que los usuarios sean plenamente conscientes de estas limitaciones, verificando siempre la documentación técnica específica que cada fabricante proporciona con el vehículo o la rueda de repuesto.

Lo que debes saber de tu rueda de repuesto

Para evitar sanciones y, sobre todo, garantizar una conducción segura en caso de ser necesario, las autoridades de tráfico recomiendan encarecidamente revisar periódicamente el estado y la presión de la rueda de repuesto, asegurando que cumpla con las especificaciones del fabricante. Además, en caso de necesitarla, se debe limitar rigurosamente el uso de la rueda temporal a los parámetros recomendados (velocidad máxima de 80 km/h y distancia máxima de 80-100 km).

Es importante, por tanto sustituir o reparar lo antes posible el neumático convencional dañado tras utilizar la rueda temporal, evitando prolongar su uso más allá de lo estrictamente necesario. 

En definitiva, más allá del cumplimiento legal y la prevención de multas, el uso correcto de la rueda de repuesto es una cuestión elemental de responsabilidad y seguridad vial, que exige atención y respeto absoluto por las recomendaciones técnicas y normativas vigentes.