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Por qué está prohibido viajar con más de 100 mililitros en el equipaje de mano: la medida podría desaparecer

Hacia el final de la limitación en líquidos. Getty Images
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Desde 2006, ningún pasajero puede subir a un avión con botellas de agua, cremas o champús de más de 100 mililitros en el equipaje de mano. La restricción, tan asumida como incómoda, nació de una alerta terrorista real. Pero en 2025, tras casi dos décadas de bandejas llenas de frascos transparentes, esa limitación podría tener los días contados. La clave está en la tecnología.

El origen: un intento de atentado con explosivos líquidos

La prohibición internacional se remonta al 10 de agosto de 2006, cuando la policía británica desarticuló una operación terrorista en el aeropuerto de Heathrow. El objetivo del grupo era introducir explosivos líquidos en botellas de uso común, como refrescos o cremas solares, y activarlos en pleno vuelo.

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Sin embargo, las autoridades británicas lograron evitar un atentado a gran escala en el que los terroristas planeaban hacer estallar varios aviones en pleno vuelo entre el Reino Unido y América del Norte utilizando explosivos líquidos ocultos en equipaje de mano.

La respuesta fue inmediata: una regulación generalizada que limitó el transporte de líquidos, aerosoles y geles a envases individuales de 100 mililitros, dentro de una bolsa transparente de máximo un litro por pasajero.

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¿Por qué se eligió la cifra de 100 mililitros? No se trata en absoluto de una cifra arbitraria. Según la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA), los 100 ml se consideran un volumen insuficiente para construir una carga explosiva viable a partir de materiales líquidos, si están contenidos de forma individual.

Además, esta medida permitía cierto equilibrio entre seguridad y comodidad, permitiendo llevar medicamentos, colonias o productos de higiene en pequeñas cantidades.

Una medida impopular, pero eficaz

Aunque impopular para millones de pasajeros, la restricción ha sido efectiva como barrera preventiva. En 2013, el Parlamento Europeo evaluó su impacto y concluyó que, pese a su incomodidad, “había contribuido significativamente a la mejora de la seguridad aérea, especialmente ante amenazas no convencionales”.

Sin embargo, también se ha señalado su obsolescencia. En pleno 2025, con escáneres corporales, biometría y tecnología de análisis por tomografía computarizada (CT), muchos expertos cuestionan la necesidad de seguir confiscando desodorantes y botellas de agua de forma rutinaria.

La clave del cambio está en la tecnología de escaneo por tomografía computarizada (CT), similar a la que se usa en hospitales. A diferencia de los escáneres actuales, esta tecnología permite generar imágenes tridimensionales del contenido de cada bolsa con altísima resolución, identificando de forma automática sustancias peligrosas, incluidos explosivos líquidos.

Según AENA, “los nuevos equipos permiten mantener los líquidos y los ordenadores dentro del equipaje, reduciendo el tiempo de inspección y mejorando la seguridad”. De hecho, AENA ha comenzado ya la implantación de estos nuevos sistemas en aeropuertos como Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Palma de Mallorca y Málaga. La inversión total, según datos oficiales, asciende a 188 millones de euros y contempla un despliegue progresivo hasta 2025.

Fin de la restricción en varios países europeos

España no está sola. El Reino Unido fue pionero en anunciar que eliminaría la restricción de los 100 ml para 2024, permitiendo transportar hasta dos litros de líquidos por pasajero, siempre que pasen por escáneres CT de nueva generación. Irlanda y Países Bajos han seguido el mismo camino.

En Países Bajos, el aeropuerto de Schiphol eliminó la restricción en terminales específicas donde ya funciona este sistema de escaneo. Y en Finlandia, el aeropuerto de Helsinki permite desde 2023 llevar líquidos sin límite, gracias a los mismos escáneres.

A pesar de contar ya con estos equipamientos en algunos aeropuertos, en España se mantiene todavía la restricción. “Cuando el proceso de implantación de los nuevos equipos CT esté completado, se valorará la supresión del límite de 100 ml para líquidos” ha afirmado AENA.

Eso sí: el cambio no será inmediato ni homogéneo. En 2025, convivirán aeropuertos con normativa antigua (bandeja, bolsa y 100 ml) y terminales modernas donde el control se realiza con tecnología de última generación. Como medida preventiva, las autoridades recomiendan consultar la web del aeropuerto antes de volar, para conocer las reglas exactas que se aplican en cada caso.

El fin de una era… poco a poco

La limitación de los 100 ml no fue caprichosa: fue una reacción urgente y efectiva ante una amenaza real. Pero la tecnología ha avanzado, y la seguridad aérea está entrando en una nueva fase, donde la precisión sustituye a la prohibición genérica.

Si todo sigue su curso, es posible que dentro de poco los viajeros puedan volver a llevar su botella de agua, su crema solar o su colonia favorita sin tener que pasarlas a botes de hotel. Eso sí: sin dejar de pasar por el escáner.