El truco para evitar que te pierdan la maleta en el aeropuerto (y que pocos usan)
Dispositivos como el Apple AirTag, el Samsung SmartTag o el Tile Mate se han convertido en aliados discretos pero poderosos
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Cada año, millones de viajeros experimentan el estrés de llegar a destino y descubrir que su maleta no lo ha hecho con ellos. A pesar de los avances tecnológicos, los sistemas de gestión de equipaje de muchas aerolíneas siguen siendo vulnerables a errores, transfers defectuosos y fallos humanos. Sin embargo, un truco poco conocido, pero que resulta altamente efectivo, está sirviendo para eliminar este miedo de los viajeros frecuentes: colocar un rastreador inteligente dentro de la maleta y compartir su ubicación en caso de pérdida.
Los dispositivos como el Apple AirTag, el Samsung SmartTag o el Tile Mate se han convertido en aliados discretos pero poderosos. Funcionan mediante Bluetooth y se conectan a redes globales como la de Apple, que utiliza la señal de los millones de dispositivos iOS activos en el mundo para localizar objetos extraviados. Esta tecnología permite a cualquier usuario consultar la ubicación de su equipaje desde el móvil, incluso si este se ha extraviado o enviado por error a otro aeropuerto diferente.
Tecnología que detecta lo que las aerolíneas no ven
Son muchos los casos reales que cimentan la utilidad de estos dispositivos. A finales de 2024 se hizo viral el testimonio de pasajero estadounidense llamado Dan Adams, que gracias a este método pudo demostrar que su maleta, que la aerolínea consideraba desaparecida, estaba a escasos metros del mostrador de objetos perdidos del aeropuerto de Barcelona.
A pesar de los intentos del personal por negar su presencia, el rastreo mediante AirTag permitió escalar el caso hasta las autoridades aeroportuarias. Aunque la maleta terminó extraviada posteriormente, la experiencia demostró que el acceso a la ubicación en tiempo real puede suponer la diferencia entre recuperarla o no.
Este tipo de rastreadores también han comenzado a integrarse en los protocolos de algunas aerolíneas. Aer Lingus, por ejemplo, permite a los pasajeros compartir la ubicación de sus AirTags con atención al cliente para agilizar la localización del equipaje. Lufthansa, tras una controversia en 2022 donde se especuló con su prohibición, acabó por autorizar su uso. Virgin, United o Delta también han comenzado a implementar formas de aprovechar esta información como apoyo al rastreo tradicional.
Cómo aplicar este truco y no perder la maleta
Colocar un rastreador en la maleta es solo el primer paso. Para maximizar su efectividad, es importante asegurarse de que el dispositivo está activado y registrado en la app correspondiente (como “Buscar” de Apple). Conviene colocarlo dentro del equipaje, en un compartimento interno y en el que esté protegido, para evitar posibles daños por manipulación o humedad.
Además, es recomendable compartir la ubicación de la maleta con una persona de confianza o, en caso de extravío, enviarla directamente al servicio de atención de la aerolínea. Algunas plataformas permiten generar un enlace de rastreo que puede consultarse sin necesidad de tener la app instalada. Esta opción otorga un margen de maniobra valioso frente a un sistema burocrático mucho lento e ineficaz.
También es importante conocer la normativa de cada aerolínea. Aunque hoy en día la mayoría permiten el uso de estos dispositivos, es preferible consultar los detalles previamente. Uno de los posibles problemas es que sus baterías, generalmente de litio, deben cumplir con las normativas de seguridad aérea siempre que esté encapsulada y no sea recargable.
Una pequeña inversión que puede ahorrarte un gran disgusto
El coste de un rastreador de este tipo oscila entre los 15 y los 39 euros (en el caso del AirTag de Apple), una cifra modesta en comparación con los quebraderos de cabeza que supone perder un equipaje. Además, el uso de este tipo de dispositivos no requiere de ninguna suscripción, funcionan durante más de un año con una única pila y se integran sin complicaciones con la mayoría de smartphones.
En un mundo en el que la demanda aérea va en aumento, los aeropuertos se saturan y las aerolíneas externalizan servicios de gestión de equipajes, proteger nuestras maletas se convierte en una responsabilidad compartida. Usar un rastreador y conocer su funcionamiento no garantiza que la maleta no se pierda, pero sí permite tener el control, o al menos la información, para poder actuar con rapidez.
Por eso, entre las muchas recomendaciones para viajar mejor, esta debería figurar en los primeros puestos de la lista. Porque no hay nada más reconfortante que ver en el móvil que tu maleta también ha aterrizado contigo. O, en caso contrario, saber exactamente dónde está y cómo recuperarla antes incluso de que la aerolínea lo descubra.
