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Cómo comprobar un neumático desgastado: consejos de la DGT para evitar multas y circular con seguridad

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Cuidado con el estado de los neumáticos. Unsplash
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Circular por cualquier vía con los neumáticos demasiado desgastados es considerado como una infracción y, por tanto puede llegar a acarrear sanciones de hasta 800 euros, además del hecho de poner en peligro la seguridad de los ocupantes del vehículo y del resto de usuarios de la vía. La DGT insiste en que el mantenimiento de las ruedas es un elemento clave para reducir la siniestralidad vial. Sin embargo, muchos conductores ignoran cómo identificar el momento en que deben cambiarse.

La normativa vigente establece que la profundidad mínima legal del dibujo de los neumáticos debe ser de 1,6 mm, aunque tanto la DGT como asociaciones como RACE y ADINE recomiendan sustituirlos cuando el desgaste alcance los 3 mm, especialmente si se circula con frecuencia bajo lluvia o en carreteras secundarias.

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El método más fácil: testigos de desgaste y la moneda de 1 euro

Los neumáticos actuales incorporan testigos de desgaste: pequeñas protuberancias situadas dentro de los canales principales del dibujo. Si el dibujo queda a la altura de estos indicadores, ha llegado el momento de cambiar la rueda. En caso de duda, existe un truco sencillo y eficaz: introducir una moneda de un euro en el surco. Si al hacerlo todavía se ve el borde dorado exterior, es que el neumático ha alcanzado su límite de desgaste máximo legal.

Además, es fundamental revisar si el desgaste de la rueda es uniforme. Si un neumático presenta uno de sus lados con mayor desgaste puede ser un claro indicador de que nuestro vehículo tiene un problema en la alineación, la suspensión o la presión de inflado. Por otra parte, otro aspecto al que hay que prestar atención es la presión de los neumáticos. Como deja claro la DGT, circular con presión inadecuada, ya sea tanto por exceso, como por defecto, supone un riesgo y pone en compromiso la adherencia de las ruedas, aumenta la distancia de frenado y multiplica el riesgo de sufrir aquaplaning.

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Riesgos reales y multas económicas

Las consecuencias de circular con neumáticos en mal estado no son solo económicas. Un neumático con menos de 1,6 mm de profundidad puede tardar un 30% más en frenar sobre mojado que uno en buen estado. En distintas pruebas realizadas se ha podido observar que la diferencia en el frenado entre un neumático nuevo y uno desgastado puede llegar a ser de 12 metros a una velocidad de 80 km/h sobre superficies húmedas.

Desde el punto de vista legal, la sanción por llevar un neumático por debajo del límite legal es de 200 euros por rueda. Es decir, si un conductor circula con los cuatro neumáticos en mal estado puede llegar a enfrentarse a una multa de hasta 800 euros, sin contar con la posible inmovilización del vehículo si es parado en alguno de los controles de la Guardia Civil o Policía Local.

La DGT también ha intensificado los controles técnicos en campañas específicas, especialmente en momentos del año como el verano y el invierno, cuando las condiciones meteorológicas extremas agravan los riesgos. En regiones como Galicia o Asturias, donde llueve con frecuencia, la recomendación se endurece: no bajar de 3 mm bajo ningún concepto.

Recomendaciones prácticas para circular seguro

La propia DGT ofrece una serie de pautas claras para el mantenimiento adecuado de los neumáticos. La premisa es revisar la presión al menos una vez al mes y antes de viajes largos, siempre con las ruedas en frío. Una presión en los neumáticos incorrecta afecta al desgaste y al consumo de combustible.

También se recomienda cambiar los neumáticos cada 5 años o tras recorrer unos 40.000 km, incluso aunque visualmente parezcan estar en buen estado, ya que el caucho envejece y pierde elasticidad con el tiempo y el uso.

En cuanto a recomendaciones durante la conducción, la DGT manifiesta que se debe evitar golpes, bordillazos o frenazos bruscos, dado que pueden dañar la carcasa del neumático aunque no haya daños visibles. Además, hay que controlar el equilibrado y alineación cuando se perciban vibraciones, ruidos anómalos o tirones al volante.

Lo que debe quedarnos claro es que los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y el asfalto. No es suficiente con pasar la ITV, sino que debemos comprobar su estado de forma periódica, seguir los consejos de la DGT y los expertos del sector, para no solo evitar multas, sino también salvar vidas.