Multas

El error al aparcar que más multas genera en verano (y casi nadie se da cuenta)

Archivo - Zona de carga y descarga para aparcar en la capital de Madrid
Zona de carga y descarga en Madrid. EUROPA PRESS
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Aparcar mal no siempre es sinónimo de arrogancia. A veces, ni siquiera se trata de una infracción intencionada. A menudo, es el resultado de la suma de prisas, calor, saturación o de una lectura demasiado laxa del espacio público. Pero lo cierto es que, según datos que manejan organizaciones como RACE o DGT, las multas por estacionamientos indebidos se disparan en verano, y en particular por un error tan habitual como inadvertido: aparcar en zonas que, aunque no estén señalizadas con claridad, están reservadas o reguladas por ordenanzas municipales temporales. En otras palabras: no es que se aparque en el sitio equivocado, es que se aparca sin saber que lo es.

No importa dónde miremos, ya que el algo que ocurre tanto en ciudades costeras, como en núcleos urbanos con gran afluencia de turistas. Aparcar en aceras mal señalizadas, bajo toldos o marquesinas, o en zonas de carga y descarga con horarios variables ha pasado a ser una trampa perfecta para conductores despistados o confiados. 

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Estacionar a la sombra (de la multa)

Durante los meses de julio y agosto, la presión térmica y la escasez de aparcamiento convierten cualquier metro cuadrado de sombra en un bien preciado. Es habitual que los conductores opten por dejar su vehículo bajo marquesinas, toldos de locales cerrados, entradas de edificios con portal reculado o incluso bajo árboles que proyectan su copa sobre parte de la calzada.

Un vehículo recién aparcado
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Sin embargo, el Reglamento General de Circulación (art. 94) enumera hasta 16 supuestos en los que está prohibido estacionar, incluyendo aceras, pasos de peatones, carga y descarga, accesos y zonas de movilidad reducida. Estos conceptos son funcionalmente válidos, pero su señalización sobre la vía urbana puede ser tenue o estar borrada; de modo que algo tan aparentemente inocuo como dejar el vehículo bajo un toldo o junto a un portal puede interpretarse como infracción leve con sanción de 80€ o, incluso, grave con 200€ de multa según el contexto, aun cuando el conductor crea que está en regla. Es la propia autoridad municipal determina la mayoría de estas sanciones, cuya interpretación es menos intuitiva de lo esperado.

Este tipo de situaciones ocurren todo el año, pero en el verano se acentúan por el calor y las necesidades especiales de aparcamiento, hasta el punto de que hasta un 35% de las multas por estacionamiento indebido se concentran durante los meses de julio y agosto. 

La situación se complica en municipios costeros o enclaves turísticos donde, por motivos logísticos, muchos ayuntamientos implementan zonas de carga y descarga o regulaciones estivales sin actualizar la señalización física, basándose en ordenanzas o acuerdos para temporadas de alta afluencia. Esto se traduce en infracciones que surgen de la creencia errónea de estar aparcando dentro de lo permitido. En Cádiz, por ejemplo, la repetición de ese mecanismo ha llevado al endurecimiento de la vigilancia en zonas pintadas de gris claro junto a las aceras: durante el verano son consideradas “vados técnicos”, según la normativa municipal.

El fallo es cultural: la ausencia de señal vertical no garantiza el derecho a aparcar, ya que líneas pobres o pintura descolorida también son indicativas de la normativa, y por ello estar sujetas a una regulación específica (sea de carga y descarga, para residentes, emergencias…), aunque por el entorno no parezca que cometemos una infracción. La confusión se profundiza cuando un viajero aparca bajo una marquesina pensando en cubrir su coche, y termina recibiendo una multa por obstrucción de la visibilidad de los peatones o accesos técnicos.

El problema, por tanto, no radica tanto en una interpretación laxa del conductor como en la dificultad objetiva de leer el entorno urbano en temporada alta, donde la señalización suele estar semioculta por elementos veraniegos y donde muchas de las marcas viales más importantes están parcialmente borradas por el uso, el calor o la arena.

Aparcar se ha convertido en una tarea imposible

La sombra legal: recomendaciones para no caer en la trampa

Evitar una multa por aparcamiento en verano exige algo más que ‘solo’ prestar atención. Hay que fijarse bien en el espacio urbano, leyéndolo como si se tratara de un texto complejo y mutable, en el que las claves del permiso pueden estar en el suelo, en la web del ayuntamiento o en una ordenanza que solo un residente conoce. Por eso, desde distintas asociaciones de conductores, se insiste en una serie de recomendaciones:

  • Revisa bien tu entorno: cualquier elemento como toldos, portales, accesos compactos o aceras pintadas puede estar regulado. Si hay duda, mejor buscar otra plaza.
  • Consulta la web municipal: muchas veces se publican medidas temporales por verano o eventos (ferias, terrazas, festivales) que restringen el aparcamiento en zonas no señalizadas.
  • Haz caso a la señalización en el suelo: incluso si están borrosas, pueden indicar regulación. Especial atención a las franjas grises, blancas encintadas o remanentes de vados.
  • Consultar manuales oficiales antes de estacionar: por ejemplo, Madrid y otras ciudades anuncian instrucciones sobre aparcamiento y zonas SER o ZBE, disponibles en el portal de Tráfico municipal o en la revista digital.
  • Evita el “aparca y pásate rápido”: en verano aumenta la vigilancia en zonas de carga y descarga, vados, pasos peatonales y marquesinas. Cancelar un descuento del 50 % por pronto pago puede resultar un golpe inesperado al cerrar las vacaciones.

Aparcar mal en verano no siempre implica un acto de desobediencia, pero sí una vulnerabilidad ante un entorno urbano saturado, variable y a menudo mal señalizado. El error más frecuente no es aparcar sobre una línea amarilla o en una plaza de minusválidos, sino hacerlo creyendo que se está cumpliendo la norma. En temporada alta, la confusión visual, la presión del entorno y las regulaciones locales temporales crean un escenario perfecto para la multa inadvertida. Por eso, más que buscar sombra, conviene buscar certeza.