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La ropa que no deberías llevar en un avión durante el verano: consejos para volar cómodo

Preparándose para subir a un avión
Preparándose para subir a un avión. Getty Images
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En verano, los aeropuertos se llenan de pasajeros dispuestos a aprovechar cada rayo de sol desde el momento en que embarcan. El problema es que muchos confunden vestirse para el clima exterior con hacerlo para un vuelo, donde las condiciones térmicas, higiénicas y de seguridad son muy distintas. ¿Cuál es el error? Elegir ropa que parece cómoda para el calor, pero que puede arruinar tu viaje en cabina.

Dormir encogido en un asiento, pasar por controles de seguridad, lidiar con el aire acondicionado a temperaturas polares o incluso enfrentarse a una evacuación de emergencia son variables que requieren algo más que sandalias y camisetas de tirantes. Son diversos los expertos en aviación comercial y medicina del viajero que coinciden: la ropa importa. Y mucho.

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La ropa y accesorios que debes evitar cuando vayas a volar

Prendas sintéticas y ajustadas

Las prendas de poliéster, licra o nailon son habituales en verano por su ligereza, pero no son recomendables para volar. Según la Fundación Española del Corazón, este tipo de tejidos impide una correcta transpiración y, en caso de incendio, se adhieren a la piel con facilidad, provocando quemaduras graves. Además, la ropa excesivamente ceñida puede dificultar la circulación sanguínea, especialmente en vuelos largos, favoreciendo la aparición de trombosis venosa profunda.

“Ropa cómoda, amplia y de tejidos naturales como algodón o lino reduce el riesgo de mala circulación y mejora la sensación térmica”, señala la Dra. Silvia Pérez, médica especialista en medicina del viajero del Hospital Clínic de Barcelona.

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Shorts, tops y camisetas sin mangas

Aunque el verano invite a mostrar más piel, hacerlo dentro del avión puede ser una mala idea. El motivo es doble: el aire acondicionado de las cabinas está pensado para refrigerar incluso con el avión lleno, y no pocas veces las temperaturas bajan de los 20 °C. Además, los asientos no se limpian con la frecuencia que crees, y las piernas o brazos descubiertos están más expuestos a gérmenes de lo que a muchos nos gustaría.

El tejido de los asientos puede retener bacterias, polvo y restos de sudor. Llevar los muslos o la espalda en contacto directo no es lo más higiénico, advertía recientemente una azafata de vuelo.

Preparándose para dormir en el avión

Sandalias y chanclas

Uno de los errores más frecuentes es llevar calzado completamente abierto. Si bien es tentador por el calor exterior o la rapidez al pasar controles, la realidad es que las sandalias no protegen ante posibles golpes ni ofrecen estabilidad en desplazamientos por el aeropuerto o dentro del avión. Pero lo más preocupante llega en caso de evacuación: no son seguras.

En una salida de emergencia no puedes correr ni descender por rampas con chanclas. Aparte de no proteger, pueden soltarse o romperse, explican desde la Asociación Profesional de TCPs (Tripulantes de Cabina de Pasajeros) en España.

Monos, petos y ropa difícil de quitar

Aunque los monos de una sola pieza pueden parecer cómodos, se convierten en una pesadilla al usarlos en los diminutos baños del avión. Para quitártelos, necesitas desvestirte casi por completo, lo que te expone a tocar superficies poco higiénicas y pasar una buena dosis de frío en las partes pudendas.

Joyas, cinturones y ropa con detalles metálicos

Desde el punto de vista práctico, cuanto más rápido pases el control de seguridad, mejor. Llevar cinturones con hebillas metálicas, cadenas, anillos o pulseras llamativas alarga el proceso y, en algunos casos, obliga a desvestirse parcialmente. Además, en caso de emergencia, cualquier accesorio que se enganche o no puedas quitar fácilmente puede convertirse en un obstáculo.

Camisetas con mensajes ofensivos

Este es un punto menos evidente, pero no menos importante. Algunas aerolíneas han negado el embarque a pasajeros por vestir camisetas con frases o imágenes consideradas ofensivas o inapropiadas. La normativa de compañías como Spirit Airlines en EE.UU. incluye un “código de vestimenta” que permite vetar embarques por razones de decoro. Hay que tener en cuenta que en vuelos internacionales, siempre es importante respetar los códigos culturales del país de destino.

Fragancias intensas y perfumes invasivos

No es ropa, pero afecta a la experiencia de vuelo. Aplicarse perfume en exceso puede provocar molestias a otros pasajeros en espacios cerrados. Algunas personas sufren alergias o hipersensibilidad química. Como norma general es mejor optar por la neutralidad aromática como la opción más prudente.

Reglas básicas para acertar al vestir en un avión en verano

  • Vestir en capas: camisetas de manga corta, jerséis ligeros o pañuelos ayudan a adaptarse a la temperatura.
  • Calzado cerrado y cómodo: idealmente deportivas o zapatos blandos, fáciles de quitar y poner.
  • Pantalón largo, pero holgado: protege del contacto directo y mejora la circulación.
  • Evitar prendas con cremalleras metálicas innecesarias.
  • Llevar calcetines, incluso con sandalias, por higiene y frío.

La ropa que llevamos en un avión no solo afecta a nuestra comodidad, sino también a nuestra seguridad, higiene y a la experiencia de vuelo en general. Vestirse con criterio no implica renunciar al estilo, sino adaptarse a un entorno con normas propias. Porque, aunque el vuelo dure solo dos horas, la incomodidad puede acompañarte el resto del viaje.