Turismo

Dormir en lugares insólitos en España: burbujas, casas en árboles y más experiencias únicas

El hotel burbuja Miluna, entre los Premios Regionales de Turismo de C-LM 2023
El Hotel burbuja Miluna. Cortesía de Miluna Opens Rooms
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En unos tiempos en los que la búsqueda de experiencias únicas va más allá de conformarse con el simple descanso, los alojamientos convencionales ceden terreno ante propuestas insólitas que desafían la lógica del turismo tradicional. España, con su riqueza paisajística y diversidad cultural, ha abrazado esta tendencia con una oferta cada vez más variada de lugares para dormir que van desde burbujas bajo las estrellas hasta cápsulas urbanas de diseño minimalista, y más allá. No se trata solo de dormir: va de recordar dónde dormiste.

Burbuja y cielo: el lujo de mirar las estrellas desde la cama

Dormir bajo las estrellas sin renunciar al confort. Esa es la promesa de los hoteles burbuja, estructuras semiesféricas transparentes que permiten una visión total del cielo nocturno. “Nuestros clientes buscan silencio, cielo limpio y una experiencia íntima. Y lo encuentran”, explican desde Miluna, en Toledo, uno de los referentes en este tipo de alojamiento.

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También en Castilla-La Mancha, Zielo Las Beatas (Ciudad Real) ofrece burbujas completamente equipadas en plena naturaleza, donde el huésped puede observar la vía láctea desde su cama, sin contaminación lumínica, ni soportar incómodos ruidos urbanos.

Casas en los árboles: volver a la infancia con todas las comodidades

Pocas experiencias resultan tan evocadoras como dormir entre las ramas. Las cabañas en los árboles, lejos de ser solo un capricho nostálgico, se han convertido en uno de los formatos de turismo rural más demandados.

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En Galicia, Cabañitas del Bosque (A Coruña) ofrece construcciones elevadas en mitad del bosque atlántico con jacuzzi, cocina y terraza privada. En Navarra, Basoa Suites promueve un modelo más ecológico y minimalista, con cabañas accesibles por pasarelas suspendidas y sin electricidad convencional.

“Dormir a cinco metros del suelo, rodeado de hayedos, cambia por completo tu percepción del tiempo”, comenta Iñaki, fundador del proyecto. El modelo fue importado de Escandinavia, pero ha calado hondo en el turismo nacional.

Casa en un árbol en Tarragona

Cápsulas futuristas para urbanitas sin miedo al espacio reducido

Desde hace un par de años, los hoteles cápsula, inspirados en el modelo japonés, han empezado a colonizar ciudades como Bilbao, Valencia o Madrid. En habitaciones de apenas tres metros cuadrados, con control de luz, televisión y aislamiento acústico, el viajero accede a una experiencia de ciencia ficción.

“La demanda nos sorprendió. No solo vienen mochileros: también ejecutivos que quieren privacidad sin pagar 120 euros por una habitación de hotel”, afirma María Alonso, gestora de Optimi Rooms Bilbao, el primer hotel cápsula de España. Este tipo de alojamiento es ideal para pernoctaciones cortas, desplazamientos profesionales o escapadas urbanas intensas.

Otras casas que no parecen casas

Para quienes buscan aislamiento, algunos alojamientos ecológicos llevan el concepto de sostenibilidad a su máxima expresión. Casa Lurra, en el Baix Ebre (Tarragona), es un refugio autosuficiente sin wifi, sin calefacción artificial y sin televisión. Funciona con energía solar y se abastece con agua de lluvia. 

También destacan las cuevas reconvertidas en viviendas del Altiplano granadino (Guadix, Baza, Galera), con temperaturas estables todo el año y aislamiento térmico natural. Algunas, como las de Casas Cueva del Tío Tobas, combinan arquitectura tradicional con spa privado y cocina de autor.

Cuevas del Tío Tobas

Y en la Rioja Alavesa, Marqués de Riscal ofrece dormir literalmente dentro de un viñedo, en un edificio diseñado por Frank Gehry. Vino, paisaje y arquitectura de vanguardia reunidos en una noche de lujo.

Otra categoría en auge son los alojamientos en infraestructuras rehabilitadas. Molinos centenarios, fincas agrícolas restauradas o vagones de tren reconvertidos en suites ofrecen una doble experiencia: descanso y cultura. En Cantabria, el Faro de Ajo, gestionado por Turismo Rural Cabo de Ajo, permite dormir en el antiguo alojamiento del farero, con vistas al mar Cantábrico y amaneceres de postal. En Granada, el proyecto Sleep&Go ha transformado antiguos vagones ferroviarios en miniapartamentos junto a la estación.

Dormir ya no es lo que era

Viajar ya no consiste únicamente en llegar a un lugar: también importa cómo se duerme. En una época marcada por la hiperconexión y la fatiga digital, estos alojamientos singulares representan una forma de reconciliarse con el descanso. Ya sea flotando bajo una burbuja transparente, balanceándose entre árboles o encerrado en una cápsula de diseño, el viajero contemporáneo no solo busca descanso, sino narrativa.

Dormir, en estos contextos, se convierte en una experiencia estética, emocional y muchas veces espiritual. Y España, tanto por su diversidad paisajística, su ingenio arquitectónico, como por su creciente cultura de hospitalidad, se está convirtiendo en uno de los mejores escenarios para que ese descanso también sea una historia que contar.