Se acuñó este término con los incendios de Pedrogão Grande, en Portugal, que causaron decenas de muertos
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LleidaYa son al menos 6.000 las hectáreas arrasadas por el voraz incendio de la La Segarra, en Lleida. Un fuego que ya ha dejado dos víctimas mortales. Los servicios de extinción lo han considerado como uno de los llamados 'incendios de sexta generación', más frecuentes en los últimos años. Se trata de fuegos inmensos que se comportan de forma distinta a los habituales.
El uso del término se generalizó en 2017, cuando los incendios masivos de Pedrogão Grande, en Portugal, sobrepasaron por completo a los servicios de extinción y dejaron decenas de muertos. Y es que estos fuegos son mucho más peligrosos y difíciles de controlar.
Capaces de crear nubes de tormenta con su propio humo
"Tienen un comportamiento que todavía la ciencia, la técnica y los dispositivos de extinción no podemos explicar", asegura Víctor Resco de Dios, catedrático de Ingeniería Forestal. Los 'incendios de sexta generación' liberan enormes cantidades de energía. Tanta, que se retroalimentan ellos mismos. "La combustión llega hasta las capas altas de la atmósfera, haciendo que se generen unos tipos específicos de nubes, el 'pirocumulonimbus', que son capaces de alterar la meteorología", explica Mónica Parrilla, portavoz de incendios de Greenpeace.

Lo más peligroso es el llamado 'desplome de la nube' porque no es una tormenta normal. "Cuando revienta, toda esa energía va a descargar, el aire se enfría de golpe y cae repentinamente a la superficie", expone Parrilla. Se genera entonces una auténtica escena de terror en la que llueven cenizas y material incandescente. "Es una tormenta de fuego", confiesa.
Imprevisibles y veloces, son casi imposibles de apagar
La energía liberada dentro del incendio es brutal. "Tiene la intensidad de varias bombas atómicas, lo que genera vientos huracanados y erráticos que van a propagar el incendio en todas las direcciones", relata Resco. Estos fuegos avanzan de forma imparable, imprevisible y veloz, arrasando todo lo que encuentran a su paso y haciendo imposible la actuación de los servicios de extinción.
Las condiciones meteorológicas cada vez son más extremas, lo estamos viendo con la reciente ola de calor. Por ese motivo, estos 'megaincendios', cada vez son más frecuentes. "El cambio climático hace que sean más comunes", asegura Parrilla. La vegetación se seca y, con solo una chispa, puede generarse una auténtica catástrofe. Resco espera equivocarse pero sostiene que, por desgracia, todo apunta a que este de Lleida no será el único de este verano.

