El largo y complicado caso de Pablo Ibar, al completo

Junio de 1994. Una cámara de seguridad graba el momento en el que dos jóvenes apalean y asesinan al dueño de una discoteca de Florida y a dos de sus bailarinas. Esta borrosa imagen será la principal prueba contra Pablo Ibar. Además un testigo —ahora se sabe que presionado por la Policía— le identifica en la escena del crimen. La fiscalía sostiene que ese joven de rasgos latinos es sin duda él, el español Pablo Ibar. Pese a que de las 145 huellas encontradas ni una sola es suya y no hay ni rastro de su ADN en esa camiseta que el supuesto asesino se echa al hombro. Cuando le detienen, Pablo alega que ha pasado toda la noche con su novia y esta confirma su coartada. Pero es enviado a una cárcel de Florida. Con 22 años está acusado de tres asesinatos y le defiende un abogado de oficio sin ningún interés por su caso. Hoy Pablo Ibar ha pasado 24 años en la cárcel, 16 de ellos en el corredor de la muerte. Tiene 46 años, está casado, es padre de 2 hijos, y lleva toda una vida declarando su inocencia.