La ONU condena el reciente brote de violencia en RCA, que ha dejado 85 civiles muertos y 76 heridos

En un comunicado, Dieng ha pedido el fin inmediato de las hostilidades y ha instado a las autoridades centroafricanas a tomar medidas urgentes para proteger a la población civil de la violencia, independientemente de cuál sea su origen étnico o su afiliación política.

"Dada la historia reciente del país, este tipo de violencia selectiva es extremadamente peligrosa y debe llegar a su fin", ha señalado, advirtiendo de posibles acciones de represalias y de una escalada rápida de la violencia.

Asimismo, ha pedido que se lleve a cabo una investigación exhaustiva en torno a las acusaciones de asesinatos selectivos para garantizar que los responsables rinden cuentas por sus actos.

"Si se llevan a cabo de manera generalizada o sistemática, este tipo de actos constituyen un tipo de delito por el que se puede ser procesado ante tribunales nacionales o internacionales", ha subrayado.

Los enfrentamientos han tenido lugar a pesar de que notables musulmanes de Bria mediaron la semana pasada para intentar lograr un acuerdo entre las facciones.

El país africano sufre desde 2013 episodios de violencia marcados por la división entre comunidades y etnias religiosas. La frágil transición y el ascenso a la Presidencia de Faustin-Archange Touadera, que tomó posesión en marzo, no han resuelto las tensiones subyacentes.

Cerca de un tercio de la población del país se ha visto desplazada por la violencia interétnica desde 2013 en el país. Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), unos 467.000 centroafricanos están registrados como refugiados en el extranjero --más de la mitad en Camerún--, aunque también en República Democrática del Congo, el este de Chad y la República de Congo y hay 385.750 desplazados internos, incluidos 238.513 que viven en 92 campamentos.