Acusan al presidente de Serbia de participar en los "safaris humanos" durante la guerra de Bosnia

La Fiscalía de Milán investiga desde hace meses la posible participación de ciudadanos italianos, rusos y estadounidenses en ese tipo de prácticas
En los safaris humanos en Sarajevo había españoles
Aleksandar Vucic, actual presidente de Serbia, ha sido señalado por una denuncia presentada ante la Fiscalía de Milán por su supuesta implicación en las conocidas como “safaris humanas” en Sarajevo durante la guerra de Bosnia, en las que turistas adinerados pagaban para disparar a civiles como si fueran animales, según informó The Guardian.
Las acusaciones incluyen un vídeo de 1995 en el que se ve a Vucic de joven en un todoterreno decorado con un cráneo humano con casco azul de la ONU, y otro de 1993 en el que, según el denunciante, porta un rifle.
Los partidarios del presidente aseguran que el objeto del segundo vídeo no es un arma, sino un trípode de cámara, mientras que el propio mandatario sostiene que se trataba de un paraguas y que trabajaba entonces como periodista, sin rol militar ni participación en combates.
Estos supuestos "safaris humanos" han sido descritos en un documental esloveno de 2022 como viajes pagados por extranjeros adinerados para disparar a civiles durante los fines de semana. Más de 10.000 personas murieron en Sarajevo por bombardeos y fuego de francotiradores entre 1992 y 1996, en lo que fue el asedio más largo de la historia moderna, después de que Bosnia y Herzegovina declarara su independencia de Yugoslavia.
Los francotiradores fueron quizás el elemento más temido de la vida bajo asedio en Sarajevo, ya que abatían indiscriminadamente a personas en las calles, incluidos niños.
Según The Guardian, un exdiplomático italiano, Michael Giffoni, afirmó que ya en 1994 se le advirtió de la existencia de estas prácticas y que los servicios de inteligencia italianos colaboraron con las autoridades bosnias para frenarlas.
El entorno de Vucic ha calificado las acusaciones como “desinformación maliciosa” destinada a erosionar la imagen internacional de Serbia, mientras que expertos en Balcanes llaman a la cautela, señalando que durante aquella guerra circularon tanto horrores reales como falsedades, por lo que toda acusación debe ser examinada mediante investigación transparente y rigurosa.

