Christian Gray: el profesor y nueva estrella del Auckland City tras marcar un increíble gol al Boca Juniors

Christian Gray: el profesor que se ha convertido en la estrella de su club tras marcar gol al Boca Juniors
Así fue el espectacular gol del delanteroIMAGEN: Noticias Cuatro
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NashvilleChristian Gray, del equipo neozelandés Auckland City, ha hecho saltar la sorpresa en el estadio de Geodis Park, en Nashville. Se ha convertido en la estrella del Mundial de Clubes al marcar un gol frente a nada más y nada menos que el Boca Juniors, uno de los 25 mejores conjuntos del planeta.

El Auckland es un equipo amateur. Ni siquiera es el más importante de su ciudad. De hecho, Gray es profesor de instituto y juega en el club casi a modo de hobby, de igual forma que la mayoría de sus compañeros, como recoge este post en la red social X (Twitter). Una cuenta fan del Libertadores ironizaba sobre las aleatorias ocupaciones de unos jugadores que han conseguido la hazaña de empatar al rey de Buenos Aires.

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De todos los jugadores, el goleador más inesperado

Tiene 28 años y es un delantero que reparte su tiempo entre los campos de futbol y su instituto. Trabaja como profesor de Educación Física y para poder disputar el Mundial de Clubes tuvo que pedir 25 días de vacaciones. Sorprende a muchos pero Christian Gray marcó un impresionante gol cuando disputaba, con sus compañeros, un partido frente al histórico equipo argentino Boca Juniors.

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“Estoy sin palabras. Es surrealista, todavía no lo asimilo. Obviamente es el gol más importante de mi carrera”, declaró visiblemente emocionado. Todo un orgullo en una familia futbolera, ya que su padre, Rodger, jugó 39 partidos para la selección de Nueva Zelanda entre 1989 y 1997.

Un club humilde que ingresará 1 millón de euros

Su hazaña ha conseguido para su modesto equipo el mayor ingreso de su historia: un millón de euros para el que ni siquiera es el club principal de la ciudad de Auckland. No es cosa menor, teniendo en cuenta que sus jugadores cobran una media de 90 euros por partido. Pero los neozelandeses también se llevan algo que no se compra con dinero: la satisfacción de haber empatado al mismísimo Boca.

Su gol, el único tanto de su equipo, lo marcó en el minuto 52 y fue celebrado tanto dentro del campo como fuera, también en el vestuario, donde todos se abalanzaron para abrazarle. En el cambiador del Auckland City había de todo porque todos compaginan su posición en el campo con sus trabajos. En la plantilla hay desde transportistas, a estudiantes y cajeros. Pero fueron suficientes para plantar cara y poner contra las cuerdas a un líder mundial.