La bronca por los lazos amarillos que enfrenta a los políticos y a los ciudadanos de a pie

El viento sopla enrarecido en Cataluña, unas veces a favor y otras en contra. Como la gente que se muestra a favor o en contra de los lazos amarillos convertidos en el último caballo de batalla de los independentistas. Desde la CUP avisan que seguirán, a través de los CDR, poniendo lazos por dondequiera, mientras Ciudadanos avisa que los quitará y lo hace personalmente, mientras apoya a las brigadas creadas para retirar el símbolo independentista de las calles. La gente común también libra sus broncas, a empujones y puñetazos, insultos, como el protagonizado por estos independentistas que intentaban colgar sus lazos en la fachada de un restaurante, con la oposición del dueño. ¿Donde están los límites de la libertad de expresión? Los políticos tampoco lo saben: Torra critica las brigadas que retiran los lazos y Pedro Sánchez reclama máxima ecuanimidad en espacios públicos para evitar ofensas. El PP a su estilo se muestra partidario de modificar la Ley de Símbolos de 1981 "para exigir que no se use la vía pública para hacer propaganda y, en el caso de Cataluña, con unos emblemas que son antidemocráticos". La guerra sigue en Cataluña, ahora los proyectiles son lazos que se quitan, que se ponen.