Antonio Hernando tiene que hacer su discurso más difícil. El portavoz del grupo socialista en el Congreso pasa el trago de explicar el cambio de rumbo de su partido. Tanto es así que tarda 15 minutos en pronunciar la palabra maldita: Abstención. Hernando trata de zafarse del abrazo del oso para poner distancia y ubicar su bancada en la oposición a los populares, después de que Rajoy volviera a abogar por una alianza para gobernar.