El Consejo de Transparencia recibe 6.200 consultas en dos años, siete veces menos que en Reino Unido en uno

El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España ha recibido solo 6.200 consultas de los ciudadanos en sus dos primeros años de vida, lo que supone siete veces menos que las 45.000 recibidas por su homólogo británico en su primer año o las 37.000 enviadas al Consejo de Transparencia chileno.

Así lo ha señalado la presidenta del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, Esther Arizmendi, durante su intervención en el ciclo 'Modernización y Reformas: la agenda de los cambios que necesita España', organizado por 'El Español' con motivo de su primer aniversario, en el que ha subrayado la necesidad de un "cambio de mentalidad" respecto al diálogo entre los ciudadanos y las administraciones.

Arizmendi ha explicado que este nuevo derecho llega a España "muy tarde", tras 40 años de democracia y en un contexto en el que solo dos países no contaban con este órgano (Malta y Chipre), lo que muestra que se ha avanzado "muchísimo" en el Estado de Derecho pero "más lentamente" en el democrático.

El organismo regulador encargado de velar por el cumplimiento de la transparencia nace con "ciertas debilidades y temores", ha reconocido Arizmendi, quien ha subrayado que surge con la misión de un "cambio cultural" que permita cambiar la Administración "opaca que contestaba cuando quería y en los plazos que quería, si es que respondía".

"Hemos vivido una implantación cultural que decía que preguntar no era bueno, por lo que tenemos que convencer de que es una responsabilidad de la ciudadanía y el camino para cambiar las cosas", ha apostillado.

DIFICULTADES PARA PREGUNTAR A LA ADMINISTRACIÓNArizmendi ha achacado el bajo volumen de preguntas remitidas por la ciudadanía al consejo, en su mayoría realizada por periodistas y abogados, a la ausencia de una campaña "intensa" de conocimiento de este derecho y a las dificultades para poder realizar consultas en el portal de transparencia.

"Te pide para que puedas preguntar una un certificado electrónico o a través de un programa clave que es el juego de los barcos elevado a la complicidad más absoluta", ha ironizado Arizmendi, que ha explicado que en ese proceso el ciudadano llega a "toparse" con la Agencia Tributaria.

Así, ha reconocido que "hay mucha inmadurez en todo esto y de falta de cocina", por lo que "si se quiere que despegue hay que cambiarlo e intensificar" y el organismo necesita "mucho más a los políticos".

En este sentido, ha reconocido que "el muerto no nos cabe en la caja", ante las gestiones que ha ido sumando a su actividad desde su nacimiento hace dos años, sin embargo el Consejo de Transparencia sigue contando solo con un presupuesto de 3 millones de euros y un personal formado únicamente por 19 personas.